La compañía aérea Latam, la mayor de Hispanoamérica y liderada por la dinastía asturiana Cueto, solicitó ayer el concurso voluntario de acreedores ante un tribunal de Nueva York (EE UU) arrastrada por la paralización del tráfico aéreo que fue decretada desde marzo en numerosos países para frenar la pandemia del covid-19.
Latam -resultante de la fusión en 2012 de la chilena Lan, propiedad mayoritaria de los Cueto, originarios de Colunga, y de la brasileña Tam, controlada por la dinastía Amaro- anunció su intención de proseguir con su actividad y de continuar haciendo frente a sus compromisos con clientes, acreedores y trabajadores bajo la protección judicial, que le ampara de posibles presiones mientras reordena su situación.
La decisión afecta a Latam Airlines Group y sus filiales en Chile, Perú, Ecuador y Colombia, mientras que sus también subsidiarias de Brasil, Paraguay y Argentina han quedado fuera del proceso concursal. En abril, la aerolínea redujo sus vuelos a solo el 5%, con la cancelación de rutas internacionales, y en mayo anunció el despido de 1.400 trabajadores en Chile, Colombia, Ecuador y Perú a causa de la drástica reducción de sus operaciones.
Antes de la crisis, Latam operaba 145 destinos en 26 países con una plantilla de 43.000 trabajadores. El grupo estaba realizando 1.400 vuelos diarios y había transportado en los últimos ejercicios a más de 74 millones de pasajeros al año.
El reciente veto de Washington a la entrada de ciudadanos brasileños en EE UU extremó las restricciones de vuelos de la compañía, lo que terminó por precipitar la decisión de un grupo que, con sede en Santiago de Chile, genera un tercio de su negocio en Brasil.
Lan, una antigua compañía estatal chilena, fue adquirida en 1994 por el asturiano Juan Cueto Sierra (Colunga, 1930) y su entonces socio, Sebastián Piñera, una de las mayores fortunas del país y actual presidente de la República. Piñera vendió su participación a los Cueto cuando, en 2010, accedió por vez primera a la Presidencia de Chile. Cueto ya tenía experiencia en el sector desde que en los años ochenta consiguió rescatar Fast Air, una pequeña aerolínea.
En la actualidad, los Cueto siguen siendo los mayores accionistas de Latam, con el 20,1%, a través de la sociedad Costa Verde Airline (cuya razón social hace referencia al origen de la familia), seguidos por la compañía aérea estadounidense Delta Airlines, que este año tomó el 20%. Desde 2016 Qatar Airlines controla otro 10% y la familia brasileña Amaro domina otro porcentaje de referencia.
La crisis de Latam se suma a la de otras muchas compañías aéreas con sus flotas paralizadas en tierra. La colombiana Avianca pidió el concurso voluntario a principios de mayo, y, en Europa, la alemana Lufthansa, la franco-holandesa Air France-KLM, la noruega Norwegian, la británica IAG y la italiana Alitalia han tenido que recibir ayudas públicas de sus gobiernos en forma de inyecciones de capital o de liquidez. La irlandesa Ryanair y la británica Easyjet también accedieron a préstamos garantizados de Reino Unido. Latam no ha recibido hasta ahora ayudas públicas, pero mantiene conversaciones con los gobiernos de Chile, Brasil, Colombia y Perú para intentar acceder a posibles asistencias financieras.
