Los contribuyentes a los que Hacienda suspendió desde marzo el cobro de deudas tributarias que se estuvieran pagando de manera fraccionada (a plazos) deberán afrontar a primeros de junio el abono de todas las cuotas que hayan quedado pendientes. Esa acumulación de pagos afecta a particulares, autónomos o empresas que tuvieran concedidos aplazamientos o fraccionamientos de deudas previos al estado de alarma y con vencimientos durante su duración.
Algunos de los afectados por esa situación explicaron a este diario el revés que supone la obligación de hacer frente de una vez a los recibos correspondientes a varios meses (hasta tres) y más en una situación de dificultad y problemas de liquidez para muchos negocios y asalariados.
Ante la declaración del estado de alarma, la Agencia Tributaria amplió de oficio hasta el 30 de mayo los plazos de pago de deudas tributarias cuyo vencimiento se iba a producir a partir del 14 de marzo. Fue una medida concebida para aliviar la situación de los contribuyentes y uno de sus efectos fue que, de manera automática, se suspendió el cobro a través de los bancos de las cuotas que pagan aquellos que tenían acuerdos con el Fisco para fraccionar o aplazar ciertas deudas. Se trató de un procedimiento automático, sin penalización de intereses para los interesados y distinto a las solicitudes de aplazamientos especiales (hasta por seis meses) que Hacienda también ha ofrecido a autónomos y empresas.
La Agencia Tributaria ha confirmado que "todos los vencimientos" que inicialmente estaban previstos entre el 14 de marzo y el 30 de mayo de 2020 se trasladan al 1 de junio de 2020. Fuentes del organismo recaudador precisaron que "no está previsto normativamente un escalonamiento" de los recibos que se hayan acumulado. Si lo está la no aplicación de intereses de demora. Las mismas fuentes indicaron que la oferta de avales públicos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) puede resolver problemas de liquidez en los negocios que resulten afectados por la citada acumulación de deudas tributarias.
