La primera oferta que el Ministerio de Trabajo le ha trasladado a los empresarios y sindicatos de alargar los actuales beneficios de los ERTE ligados al coronavirusno han convencido a las compañías. Las asturianas consideran que la extensión debería llegar hasta, al menos, el 31 de diciembre. De lo contrario auguran un otoño de cierres y de persianas echadas. Especialmente, en el sector hotelero y hostelero, que no ve clara aún la recuperación y que avisa que sin alicientes los meses de octubre y noviembre ya suelen ser malos en cuanto a actividad durante los años normales. La patronal asturiana Fade va un poco más allá y pide que "no se ponga fecha de caducidad a los ERTE" y que se extiendan lo máximo posible para poder salvar a las empresas y preservar el empleo una vez que mejoren las condiciones sanitarias y la actividad económica comience a repuntar.
El Gobierno solo barajaba esa posibilidad -la de extenderlos a los meses de otoño y de parte del invierno- en determinados sectores. No como algo generalizado. De hecho, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, abogó ayer por cambiar el concepto de los ERTE para que fueran más "sectoriales". Pero no entró en más detalles.
El caso es que a algunos sectores en Asturias no les salen las cuentas, ya que prevén un otoño de dificultades económicas. Uno de ellos es el hostelero y hotelero que no ve clara la recuperación, que aseguran que está llegando de forma "lenta". Otea, la patronal asturiana de este potente sector, teme que sin una protección como la que hay ahora gracias a los ERTE en los meses de otoño -en octubre y noviembre- muchas compañías puedan acabar tirando la toalla porque estarán exhaustas y no pueden aguantar más desde el punto de vista económico. "En la hostelería se nota todavía la falta de confianza", señala la asociación que asegura que eso está provocando que el flujo de clientes sea aún pequeño. Peor están los hoteles. "Hasta que no se recupere la conectividad con otros lugares no habrá movimiento de visitantes", agregan. Con lo que, por el momento, dan el verano casi por perdido. Visto ese escenario, cargado de incertidumbre sobre el futuro económico, Otea asegura que prolongar los ERTE sería "imprescindible" para poder mantener el empleo y también para evitar una oleada de cierres de negocios en los próximos meses.
El presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), Belarmino Feito, aseguró que los expedientes de regulación están siendo un elemento "fundamental" para salvar a las empresas y, por consiguiente, mantener el empleo. "Creo que sería un error ponerles una fecha final. Lo más conveniente sería un acuerdo para su prolongación en el tiempo , lo que dependerá de cada sector y de cada territorio". Y añadió: "Mientras dure la incertidumbre sanitaria, las empresas necesitan tener la certidumbre de que pueden recurrir a este mecanismo para hibernar y poder recuperar su actividad cuando las circunstancias lo permitan".
En una línea muy similar se había expresado el presidente de la patronal española, la CEOE, Antonio Garamendi, que había asegurado que "prolongar los ERTE solo hasta septiembre sería un enorme error" porque estima que la economía española continuará pasándolo mal hasta, por lo menos, final de año. Y puso como ejemplo también a la industria turística que asegura que necesitará de este instrumento para tratar de hacer frente a los vaivenes de la demanda durante esta campaña de verano que se presenta bastante incierta. Garamendi defendió a capa y espada que los ERTE son una herramienta que "hiberna la empresa" especialmente para proteger el empleo y advirtió de que estos ERTE no desaparecerán hasta que finalice la desescalada. Por eso, ha instado a que ésta sea lo más rápida posible, sin descuidar los medios de protección en las empresas frente al coronavirus. "Cuanto antes salgamos de esa desescalada, antes saldrá la gente de los ERTE", ha dicho.
