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Los autónomos asturianos, al límite: más de 2.000 tiraron la toalla en el último año

Casi la mitad de los trabajadores por cuenta propia que siguen en activo solicitaron ayudas para poder sobrevivir l Las perspectivas son peores que en la anterior crisis económica, en 2008

La crisis económica que ha traído consigo la pandemia sanitaria del coronavirus ha dejado en una situación límite a miles de autónomos asturianos. Algunos han decidido ya tirar la toalla y otros muchos están con el agua al cuello y pasando serias dificultades pese a las ayudas. Así lo refleja el último informe elaborado por la asociación CEAT, la rama de trabajadores por cuenta propia que depende la patronal asturiana FADE, y que asegura que este nutridísimo grupo de afiliados a la Seguridad Social está en un punto de "máxima fragilidad económica y financiera" después de haber sufrido con violencia los efectos del virus y del consecuente enclaustramiento de la población. Las perspectivas son peores que las de la anterior crisis, la de 2008.

La caída en el número de autónomos se ha agravado, lógicamente estos últimos tres meses, desde marzo para acá. "Se está agudizando la tendencia negativa", advierte el estudio. Aunque se tratar de un declive que ya venía de atrás. En mayo Asturias experimentó una disminución de 1.884 afiliados en el régimen de autónomos respecto al mismo mes del año pasado. Lo que supone una caída del 2,6%. Un porcentaje que muy pocas comunidades superan. Solo en Aragón, La Rioja y las Islas Baleares -esta última muy dependiente de las temporadas turísticas- han perdido más trabajadores por cuenta propia de un año para otro que el Principado. Ni si quiera en el conjunto del país la bajada ha sido tan explosiva. Fue solo del 1,7%.

El régimen de afiliados los trabajadores por cuenta propia, aclara Ignacio García, secretario general de CEAT, tiene ya de por sí una elevadísima rotación. Hay muchos trabajadores que entran y salen del sistema en función de la situación económica, de la carga de trabajo o de la época del año. Pero lo visto durante estas últimas semanas no tiene parangón. Hay que tener en cuenta además que en las cifras de bajas no están incluidos todos los autoempleados que, debido al decreto del estado de alarma, se vieron obligados a echar temporalmente la persiana y acogerse a la llamada ayuda por cese de actividad. Según las cuentas de la patronal, casi la mitad de los autónomos asturianos se vieron directamente afectados por ese decreto. Las cuentas son claras, en la región había a finales de mayo 71.971 autoempleados y de ellos, 34.779 solicitaron el cese de actividad forzados por las circunstancias. En su gran mayoría fueron comercios o establecimientos hosteleros. Son aproximadamente el 46% de los afiliados. Un porcentaje altísimo. Es más, Asturias, es nuevamente, la comunidad en la que más elevado es ese porcentaje. Solo la superan algunas comunidades cuya economía está tremendamente orientada hacia el turismo como Canarias, Andalucía y la Comunidad Valenciana.

En este contexto y vistas las enormes dificultades que ha tenido el colectivo, Ignacio García señala que es esencial que el Gobierno prolongue los beneficios de los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE) por lo menos hasta diciembre, para así evitar un daño que pueda ser irreparable. Más números. García señala que en el Principado hay 8.812 autónomos con personal a su cargo, a los que hay que sumar más de 20.000 microempresas dirigidas por trabajadores por cuenta propia que también tienen empleados en nómina. La gran mayoría de ellos han tenido que realizar un ERTE debido al fuerte impacto de la crisis del coronavirus sobre sus cuentas. "Estos expedientes están siendo fundamentales para los autónomos y su prórroga total o parcial en función de las circunstancias hasta diciembre, también", agrega García.

Lo que ha dejado esta crisis sanitaria entre los autoempleados es una enorme "situación de precariedad", explica el secretario general de CEAT en Asturias. Y eso, reconoce, que las ayudas repartidas por los diferentes gobiernos -tanto el central como el regional- han servido de paliativo para estos negocios, para poder ir tirando durante un tiempo. Pero, García señala que "todo esto va a tener una dimensión más a largo plazo". Por eso, asegura que sería imprescindible que los autoempleados puedan acceder a una "financiación asequible, fácil y barata" para poder ir aguantando hasta que la recuperación vaya llegando; que se les dé un "aplazamiento y fraccionamiento de los impuestos" para que no vean ahogada su ya de por sí menguada tesorería; que se prolonguen las ayudas por cese de actividad hasta diciembre, y, por último, que se pongan en marcha campañas para promover la calidad de los negocios de proximidad y así darle un empujoncito a las ventas.

¿Por dónde se desangra el trabajo autónomo? Las estadísticas son bien claritas. La mayoría de los trabajadores por cuenta propia que se dieron de baja de la Seguridad Social este último año pertenecían al comercio. Hay 656 comerciantes menos en la región que hace justo un año. También hay que destacar que es la actividad en la que hay un mayor número de autónomos empleados y que siempre tiene una rotación altísima. Aun así, la caída es bastante prominente. Algo más alejado, pero tampoco demasiado, le sigue en este ranking de caída del autoempleo la hostelería. Entre mayo del año pasado y el mismo mes de 2020 hay 364 hosteleros menos en la región. En la retaguardia, y ya un poco más rezagado, va la construcción (con 197 autoempleados menos de un año para otro). Paradójico, porque el del ladrillo, el sector que más sufrió en la anterior crisis económica -la de 2008- es ahora el que mejor está resistiendo los envites del coronavirus. Al menos, no ha sucumbido al contagio de forma tan rápida como el resto de actividades. Es más, puestos todos esos datos en una coctelera CEAT concluye que "Asturias afronta una de las peores fases para los autónomos, con los peores datos de afiliación de la serie histórica y con una peor tendencia que durante la crisis de 2008".

Otra vertiente de los datos es la del género. Casi el 41% de los autónomos asturianos son mujeres, una de las tasas más altas de todo el país, solo por detrás de Galicia. Esto es gracias al peso del sector agrario en estas dos comunidades donde hay una alta tasa de feminización. Pues, según el informe de CEAT, Asturias es una de las regiones que más autónomas ha perdido durante el último año. El descenso ha sido del 2,7%, un porcentaje que se encuentra muy alejado de la media nacional y que en la comparativa interanual solo fue del 1,9%.

El 77% cumplió ya los 40 años y no tiene relevo generacional

El 77% cumplió ya los 40 años y no tiene relevo generacionalSin relevo generacional y envejecido. Ese es el perfil del autónomo asturiano. La mayoría de los autoempleados de la región ya peinan canas desde hace tiempo y sus negocios van muriendo sin que su descendencia se haga cargo de ellos. Según las cuentas que maneja CEAT, la organización de autónomos vinculada con la patronal FADE, el 31% de los trabajadores por cuenta propia de la región tiene ya más de 55 años.

Mirando un poco más para abajo en la pirámide de edad la situación tampoco parece mejorar. El 77% de los autónomos tiene más de 40 años con lo que hay muy poquitos jóvenes de la región que se hayan lanzado a montar su propio negocio. Pero es que, durante estos últimos años, especialmente desde que se desató la crisis financiera, la plantilla de los autónomos ha envejecido notablemente. Hace trece años eran el 69% de los trabajadores por cuenta propia los que superaban la cuarentena, pero la crisis hizo que las personas de más edad perdieran su empleo y se tuvieran que lanzar al autoempleo para poder trabajar.

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