"La caída de las ventas se ha moderado, pero el mercado está lejos aún de la normalidad", señaló ayer Jesús Jardón, vicepresidente de la patronal asturiana del automóvil (Aspa) y responsable del gremio de los concesionarios. Jardón calificó como positivo el régimen de ayudas presentado por el Gobierno y dijo confiar en que contribuya a reanimar el interés de particulares y empresas. En mayo las ventas se desplomaron el 65% y en los primeros días de junio el descenso era del 32%.

Según las explicaciones del dirigente de Aspa, las ayudas a los motores de combustión están limitadas a los vehículos más eficientes, como ya ocurría en convocatorias del antiguo Plan PIVE. En las categorias A y B de eficiencia energética, a las que llegarán subvenciones de 800 y 400 euros, respectivamente, están comprendidos muchos utilizarios y turismos de dimensiones medias (compactos, según la jerga del sector). En cambio, quedarán fuera la mayoría de los modelos llamados SUV o "todocaminos" urbanos, automóviles que están muy de moda pero que por sus motorizaciones y consumos energéticos suelen exceder los 120 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, límite máximo para los coches cuya compra se incentivara con apoyo público.