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JORGE SUÁREZ | PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ASTURIANA DE EMPRESA FAMILIAR (AEFAS)

"Ayudar ahora a las empresas es la vía más eficaz para recuperar cuanto antes el bienestar"

"Tenemos que aprovechar los fondos que llegarán de Europa para eliminar las debilidades que nos hacen más vulnerables a las crisis"

Jorge Suárez, en las oficinas de Impulso, en el Parque Tecnológico de Asturias, en Llanera. IRMA COLLÍN

Jorge Suárez Díaz (Avilés, 1974), arquitecto, máster en Administración de Empresas y consejero delegado de la ingeniería Impulso preside desde hace un año la Asociación Asturiana de la Empresa Familiar (Aefas), que agrupa en la actualidad a 60 empresas con arraigo en la región (entre ellas destacadas compañías como Alsa, TSK, Lacera, Grupo Orejas, Masymas, El Gaitero, Mayador, Cafento, Toscaf...) que generan 19.000 puestos de trabajo y cuya facturación acumulada ronda los 3.000 millones, el 12% del PIB regional.

- ¿Cómo ha encajado el parón económico por el coronavirus la empresa familiar asturiana?

-Ha sido un parón muy duro. El 50% de las empresas llegaron a sufrir bajadas de actividad de hasta el 80%; la práctica totalidad tuvieron que adoptar, y siguen adoptando, medidas de restricción del gasto y ajuste de empleo, y ha habido rebajas de salarios. Es una crisis enorme. Lo peor, en términos de salud, ha pasado, pero a nivel económico queda mucha penuria aunque ahora estemos mejor.

- Pero una vez que se extingan medidas de contención como los ERTE, ¿la situación puede empeorar?

-Creo que sí y eso preocupa especialmente a la empresa familiar.

- ¿Por qué especialmente?

-Nos preocupa mucho la supervivencia de la empresa. Su longevidad y la transmisión del legado, y eso depende mucho de la situación macroeconómica del país. España tiene unas tasas de desempleo elevadas; un déficit inexplicable y permanente que nuestros gobernantes aceptan como normal, y un desequilibrio sectorial muy importante, con una economía muy tercializada, y así cuando las cosas vienen feas, como es el caso, se sufre. Esos tres elementos configuran un escenario que nos preocupa mucho porque no sabemos qué va a ser de nuestros hijos si en el futuro asumen la empresa en un entorno de endeudamiento inmenso.

- ¿Cómo valora las medidas de contención de la crisis aplicadas por el Gobierno?

-Los ERTE son una herramienta magnífica y han demostrado su funcionalidad. Todos los países de nuestro entorno tienen figuras similares. Si aceptamos que la economía sube y baja, como las mareas, y que eso escapa a nuestro control, es de sentido común dotarse de mecanismos que permitan flexibilizar costes laborales y que no se destruya empleo. Eso sería malo para el empleado y para el empleador porque nuestros costes de despido son de los mayores de Europa.

- ¿Y hasta cuando deben durar los ERTE por fuerza mayor ligados al coronavirus?

-Se hicieron para ayudar a las empresas por la caída de la demanda, por lo tanto parece lógico que tengan que durar hasta que las empresas sean sostenibles, poniéndole un límite de 6, 8 o 10 meses, porque si la empresa no recupera quizá es que es inviable. Cortar los ERTE no parece lógico y esperemos que se llegue a un acuerdo que evite destrucción del empleo.

- ¿Los avales del ICO están dando oxígeno a las empresas?

-Conceptualmente es una buena medida para que las empresas se financien, pero se está aplicando con lentitud y es insuficiente lo aprobado. Con los avales el Gobierno no pone un duro, por lo que sería bueno que los complementasen con otras medidas.

- ¿Cuáles?

-Ayudas directas. En 2017 España ayudó a sus empresas por valor de 3.000 millones y Alemania por importe de 42.000. Esto da idea clara de la orientación de las políticas en los distintos estados de la UE. Hay países que tienen clara la secuencia para crear bienestar. Primero empresas, segundo empleo, tercero impuestos y cuarto bienestar. Se necesita mucho dinero para crear bienestar.

- Pero será difícil obtenerlo si se bajan o eliminan impuestos como piden los empresarios.

-Los gobernantes que tenemos entienden que la forma de cubrir los gastos es subir los impuestos, lo cual carece de sentido. Lo razonable, primero, seria valorar si es posible reducir el gasto público, que yo creo que sí porque sólo en Asturias hay 52 empresas públicas. Pero para cubrir un nivel de gasto mayor lo que tienes que hacer es poner los medios para que tu economía se haga más grande, no a una economía pequeña freírla a impuestos. Gravar no conduce necesariamente a ingresos.

- Explíquese.

-En un contexto de desempleo creciente la subida del IRPF no conduce a mayores ingresos. En un contexto en el que en los últimos tres meses se han cerrado 130.000 negocios, la subida del impuesto de sociedades tampoco da mayores ingresos, además de que su contribución es marginal. El grueso está en el IVA y el IRPF y ambos están ligados a la existencia de empleo. Si generamos más empleo se recauda más IRPF. Y a su vez el IVA esta relacionado con el consumo y este con los salarios y por tanto también con el empleo. La demanda interna se activa generando trabajo y este se crea apoyando a las empresas, haciendo que haya más y que las que tenemos sean más grandes. Sin crecimiento económico no hay empleo y sin él no hay ingresos tributarios y sin ellos no existen sistemas de protección social, y la sanidad y la educación cada vez serán peores. El empleo lo crean las empresas y es hora de olvidarse de ideologías y de dogmas y de aplicar ortodoxia y sentido común. En España no se apoya a las empresas, ni siquiera forma parte del discurso de nuestros políticos. Apoyarlas ahora sería la vía más eficaz de recuperar cuanto antes bienestar.

- El Gobierno acaba de aprobar un plan de apoyo a las empresas del automóvil.

-No está pensado desde una óptica de impulso real al sector del automóvil, está pensado desde una óptica cosmética para intentar demostrar que el Gobierno hace cosas.

- ¿A qué se refiere?

-De los 3.750 millones de dotación que hay en el plan, 2.200 pertenecen al plan "Reindus" que lleva funcionado 25 años y que es para todas las industrias del país, no sólo para la del automóvil.

- ¿El ingreso mínimo vital es necesario?

-En un país como España a nadie le puede faltar para comer. Estoy a favor de un ingreso mínimo. Pocos estarán en contra de él como concepto. El debate está en la duración y si debe estar vinculado a algún tipo de incentivo que haga que la gente salga de ese umbral. Ingreso mínimo vital sí, pero vinculado a una formación y a la búsqueda de trabajo.

- ¿Qué ha echado en falta entre las medidas aprobadas por el Gobierno para amortiguar esta crisis?

-Por ejemplo, no puedo comprender que no se haga nada en el sistema público educativo para acabar con la brecha digital o que no haya aún un plan de salida de esta crisis. España va a acceder a un montón de fondos europeos. Podrían ser unos 170.000 millones. ¿Qué plan tenemos para ese dinero?. ¿Alguien ha pensado a nivel regional y a nivel nacional que es lo que hay que hacer con él?.

- ¿Usted lo ha pensado?

-Lo que hay que hacer es utilizar esos fondos para corregir los desequilibrios de nuestra economía de tal manera que en el futuro, cuando venga otra crisis, que vendrá, estemos mucho mejor preparados de lo que estamos hoy y no haya tanta destrucción de empleo y no haya tanta necesidad de recurrir a deuda y a subvenciones.

- ¿Y eso cómo se logra?

-Pasa por un consenso entre partidos políticos y con los agentes sociales. Necesitamos un plan para transformar la economía española en una economía sostenible. Vamos a Europa a pedir dinero pero no existe un programa económico. ¿Por qué 170.000 millones?. ¿Alguien ha cifrado cuánto dinero necesitamos para invertir en renovables, en biotecnología o en industria?. No existe, y esto es crucial para Asturias, ni una política industrial nacional ni regional para corregir la alta tercialización de la economía. Lo estamos viendo con el plan "Reindus", que se lo quieren cargar fijando techos de ayudas de 800.000 euros que no dan ni para cacahuetes. No se apuesta por la industria y las consecuencias son Alcoa, Vesuvius, Nissan y otras tantas que vendrán detrás. Asturias, que es un territorio esencialmente industrial, tiene la condición perfecta para apostar por una industria verde, que fabrique sin contaminar, pero no hay una determinación clara.

- Sobre la mesa del Principado hay una "Propuesta para el relanzamiento de la economía asturiana" que ha elaborado el catedrático Joaquín Lorences que incluye medidas como triplicar el capital de la sociedad de garantías Asturgar, relanzar la ZALIA, duplicar el gasto en I+D+i, apostar por una oferta turística cultural, crear una oficina de proyectos europeos?

-En Asturias tenemos cosas que funcionan bien y Asturgar es una de ellas. Estoy de acuerdo en que debería tener más ambición. Con respecto a las otras propuestas todo en el papel pinta bien, pero el problema de Asturias no es de ideas. Hay mucha gente con muchas ideas, pero se falla en la implementación.

- ¿Qué hay que hacer?

-Hace falta ponerse las botas, bajar a la arena y hacer que aterricen esas ideas. Nadie puede decir que es malo reactivar la ZALIA, pero hay que explicar con qué presupuesto y con qué acciones concretas. Hay que desarrollar el turismo cultural. Suena muy bonito. ¿Pero exactamente qué se va a hacer y cuánto se va a invertir?. Yo he traído proyectos privados a la administración regional y desgraciadamente acabaron en Galicia porque la posibilidad de la Xunta de aportar fondos públicos para apoyar esas inversiones era muy superior a la de Asturias.

- ¿Hay mucha competencia?.

-Las empresas seleccionan sus emplazamientos en función de las bondades que se les ofrecen. Un ejemplo de esto es la ZALIA. Su suelo, que no tiene accesos, ni gas, ni luz, llegó a valer 180 euros el metro cuadrado, ahora ronda los 100 y así es imposible que alguien se instale y a la vista está. El suelo en Benavente cuesta 11 euros y hacia allí se han ido empresas asturianas. El suelo les cuesta diez veces menos y están a una hora de aquí. No se debería desarrollar suelo en Asturias que obligue a comercializaciones por encima de 50 euros el metro cuadrado. Es un problema de planificación, de política industrial, que nos falta. En Asturias hay suelo, pero no es competitivo, que es peor que no tenerlo.

- El plan de Lorences apuesta por pasar a la ofensiva y no quedarse sólo en las políticas defensivas.

-Todos tenemos que pelear por Asturias. En la responsabilidad social corporativa de las empresas debería incluirse el pensar en asturiano. Tenemos en la región muy buenas empresas y muy buenos profesionales y los empresarios asturianos podemos comprar aquí muchas cosas que adquirimos fuera, a veces por desconocimiento o por falsas creencias. Eso los hacen vascos y gallegos. No todo es pedir a las administraciones.

- Pero cuando Lorences se refiere a pasar a la ofensiva se refiere a poner más energía en lo emergente, en lo nuevo, que en el mantenimiento de lo declinante.

-Hay que apostar por lo nuevo, claro, acompasando el cierre de lo obsoleto. Pero lo que funciona no hay que tocarlo, en todo caso impulsarlo. Y si, por ejemplo, la industria siderúrgica asturiana no es competitiva habrá que hacer algo, lo que no podemos es dejar que pase el tiempo sin ninguna perspectiva de solución. Hay que entender el problema. ¿Está sólo en el coste de la electricidad?. ¿Con el precio de otros países es competitiva? No creo que dependa sólo de una variable. También dependerá de la eficiencia de máquinas y procedimientos.

- Un precio alto de la energía desincentiva invertir en mejoras.

-Como país no nos podemos permitir el lujo de tener la energía más cara que nuestros principales competidores.

- ¿Asturias saldrá de esta nueva crisis más tarde que otras regiones cómo en las anteriores?

-Eso no lo sabe nadie. Más que jugar a adivinar qué va a suceder lo que tenemos que hacer son los deberes. Tenemos que aprovechar los fondos que nos van a llegar para eliminar las debilidades de nuestra estructura económica y entonces seremos menos vulnerables a las crisis, más resistentes.

- ¿Y cuáles son las principales debilidades?

-Una de las principales es la tercialización de la economía. Debemos apostar por la industria, necesitamos más fábricas transformadoras porque tenemos mucha industria de cabecera, que está muy arriba en la cadena de valor y es muy agresiva, con mucho volumen y poco valor añadido, pero nos falta posicionarnos aguas abajo para añadir valor al acero, al aluminio, al zinc o al vidrio. También debemos apostar por la descarbonización porque por ahí van todos los tiros.

- ¿De esta crisis del covid se puede sacar algo en positivo?

-Ha quedado demostrado que la dependencia excesiva en determinados productos de industrias externas no es buena y eso es una lección positiva porque induce a pensar que hay que desarrollar más industria en nuestro territorio y no comprar tanto fuera.

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