El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, y su homólogo francés, Bruno Le Maire, recalcaron ayer la necesidad de alcanzar un acuerdo "lo antes posible" sobre el plan de recuperación europeo tras la pandemia y se mostraron convencidos de que se superarán las diferencias entre los socios en torno a éste.

"Unas negociaciones cortas son unas negociaciones buenas", resumió el ministro francés en una breve comparecencia junto a su anfitrión alemán. "Tenemos que ser eficientes y rápidos", apuntó por su parte Scholz, quien admitió los recelos persistentes de un grupo de socios a la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Esa propuesta se basa en un presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027 dotado con 1,1 billones de euros. Hay consenso general en cuanto a la necesidad de ese plan, pero persisten diferencias en cuestiones como la proporción de ese dinero que se dará en préstamos y subvenciones, así como el volumen, duración del plan y las condiciones que deben cumplir los estados. El bloque formado por Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia es el sector más crítico hacia ese fondo, especialmente en lo que respecta a los ayudas a fondo perdido.