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España recorta sus emisiones de CO2 con el declive de la industria básica asturiana

La expulsión de las térmicas del mercado eléctrico y la menor fabricación de acero y cemento aceleraron la descarbonización en 2019

España recorta sus emisiones de CO2 con el declive de la industria básica asturiana

La caída de la actividad productiva y las limitaciones de la movilidad asociadas a la pandemia del coronavirus. Tal recorte, de naturaleza coyuntural, llega precedido de otro que se produjo en 2019 (-5,2%) y en el que tuvo mucho que ver el declive de la producción industrial asturiana. La baja actividad de las térmicas por el proceso de descarbonización y la menor fabricación de acero y cemento provocaron una caída del 25% en las emisiones del sector fabril asturiano sujeto a la disciplina del comercio de carbono.

De los informes que maneja el Ministerio de Transición Ecológica y de otros privados que evalúan la generación de dióxido de carbono (CO2, principal responsable del efecto invernadero y por ello del cambio climático) se infiere que las mutaciones y dificultades que atraviesa la industria regional, en parte asociados al endurecimiento de las reglas ambientales europeas y españolas, explican en buena medida la mejora en las emisiones observada en el país en 2019. Estudios recientes calculan que la producción de CO2 en España en todos los sectores (industrial, transporte, residencial, servicios...) bajó el 5,2%, de 334,2 a 314,8 millones de toneladas. Y ayer se conoció que las plantas asturianas afectadas por la disciplina del mercado del CO2 (siderúrgicas, eléctricas, cementeras, instalaciones de cogeneración, fábricas químicas...) emitieron en conjunto 4,5 millones de toneladas menos que en 2018, cantidad que equivale al 23% de toda la reducción conseguida a nivel nacional (19,4).

El esfuerzo nacional para aproximarse a los objetivos de lucha contra el cambio climático que marca Bruselas y asume España pivotó sobre la práctica expulsión del mercado eléctrico de las térmicas de carbón, con sus costes lastrados por el precio de los bonos para emitir CO2 y la competencia de las centrales de gas. Las emisiones de las térmicas españolas bajaron una media cercana al 65%, registro superado en Asturias por la de EDP. En términos absolutos, el mayor recorte, de casi 2,2 millones de toneladas, se produjo en la central de Aboño (EDP).

Al desplome de la generación eléctrica a partir de carbón se sumó el comportamiento recesivo de otras actividades industriales medulares en la región. La emisiones de las plantas siderúrgicas de ArcelorMittal en Gijón y Avilés bajaron el 9,7%, reflejo de posibles mejoras en la eficiencia energética pero también de la menor producción registrada en un contexto europeo que ya era en 2019 de desaceleración de la demanda de acero.

Los datos declarados por la Corporación Masaveu y verificados por el Ministerio de Transición Ecológica muestran también retrocesos cercanos al 11% en las emisiones de CO2 de las cementeras ubicadas en Aboño y en Tudela Veguín, presumiblemente relacionados con una menor fabricación.

Pese a los datos comentados, Asturias es aún una región extraordinariamente intensiva en emisiones: aporta el 12% de todas las que genera la industria cuando la aportación de la economía regional al PIB español es del 1,9%.

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