El Gobierno no prevé introducir una reforma fiscal para aliviar la tributación por las prestaciones de los ERTES y de las compensaciones al cese de actividad de los autónomos, cuya prórroga hasta el 30 de septiembre con las nuevas condiciones pactadas con la patronal y los sindicatos fue aprobada ayer por el Consejo de Ministros. La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha subrayado que las prestaciones de desempleo que cobren los afectados por un ERTE también son ingresos y deben declararse.

Montero descartó así que se otorgue un tratamiento fiscal privilegiado en el IRPF a este tipo de rentas. Sus perceptores deben declararlos y tributar por ellos según sus niveles renta y "de manera progresiva y justa" como el resto de ciudadanos. Si no hubiese una fiscalidad "amplia, progresiva y justa" los trabajadores no podrían percibir, dijo, estas prestaciones que sufraga el Estado.