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El apagado de las térmicas pone fin "con tristeza" al ciclo del carbón que conformó la Asturias actual

El Suroccidente ya nota la marcha de decenas de familias por las recolocaciones laborales en Galicia, Canarias y Castilla y León | El Principado teme que los "fondos verdes" se diluyan por su apertura en Europa a regiones sin centrales ni minería

Pancarta contra el cierre de la térmica del Narcea situada a la entrada de Soto de la Barca. Al fondo, la central térmica. D. Á.

Tristeza por el apagado definitivo de la central térmica de Narcea, ubicada en Soto de la Barca (Tineo). Es el sentir que comparten los vecinos de toda la comarca del Suroccidente. La central de Naturgy, creada hace 55 años para quemar la antracita y la hulla de la zona, dejó ayer de estar operativa junto a otras seis en España por motivos ambientales y de viabilidad. En el caso de Narcea, se apaga sin que se haya presentado un proyecto alternativo que compense la pérdida de puestos de trabajo.

"Es un tristeza ver como se pierde un gran centro de trabajo como es la central térmica del Narcea y todos sus trabajadores, lo que pedimos, es que siga habiendo actividad industrial, bien de generación eléctrica o de almacenamiento", subraya el presidente del comité de empresa Víctor Manuel Álvarez, que recuerda que la propuesta de crear un almacén de energía partió del Principado y podría suponer la creación de unos 60 empleos directos y "no generaría problemas de emisiones contaminantes".

En la térmica llegaron a trabajar más de 300 personas, ahora mismo se mantienen una veintena de empleados de Naturgy y una decena de contratas, que tienen las peores perspectivas, puesto que las personas vinculadas a la empresa matriz tienen asegurada la recolocación en otros centros de la compañía en España. En el último año algunos se fueron a Orense, Burgos, Valladolid e incluso a Canarias. "Tenemos buenas condiciones en el convenio, nos garantiza el empleo, pero en Asturias Naturgy no tiene nada y lo mínimo es tener que desplazarte a tres horas de casa", subraya el presidente del comité.

También trabajaba para la central térmica la empresa local de Ángel Menéndez, Contratas Forcón, que tenía siete empleados vinculados a labores de mantenimiento y transporte. Por ahora mantiene el contrato, pero sin personal vinculado. "Invertí aquí, formé a mis hijos para quedarse creyendo que les estaba dando un futuro y ahora tendrán que buscarse la vida fuera", lamenta Menéndez. No obstante, se niega a perder el optimismo: "Supone un palo ver lo que fue esto y comprobar que no hay nada alternativo previsto, pero aún tengo la esperanza de que se hará algo mejor de lo que tenemos".

Para pelear contra el cierre de la central térmica y exigir alternativas, se creó la plataforma ciudadana "No al cierre de la térmica del Narcea". Su portavoz, María Luisa Valdés, asegura que su cierre "es un mazazo, pero la gente no es muy consciente, no piensa que va a repercutir en las generaciones que vienen detrás". Valdés hace hincapié en la pérdida de población que ya está provocando, ya que las recolocaciones de personal han hecho que familias completas se vayan de la zona. "Lo grave, y da pena, es que nadie luchó por esto, se venía anunciando desde 2008, pero no se hizo nada", lamenta.

Quienes también notan la pérdida de actividad de la central son los establecimientos hosteleros cercanos. En el mismo Soto de la Barca, Manuel Ángel Menéndez regenta un bar restaurante que se benefició del movimiento de trabajadores de la central. "Hace 20 años esto era un boom, había mucho trabajo, pero ahora la gente se va", lamenta. Asegura que el cierre de la central y de la minería supondrán "la muerte del concejo" y espera que llegue un proyecto que garantice trabajo.

En Tuña, la térmica también tuvo mucha incidencia, ya que muchos de sus vecinos trabajaron en ella y algunos aún lo hacen. "Este pueblo creció mucho por la térmica, había 100 viviendas ocupadas y ahora igual no llegan a 30, la gente joven no se queda aquí porque ya no hay trabajo", expone Fernando González, que tiene una panadería en la localidad.

En ella también hay un hotel restaurante al que la térmica dio vida, especialmente cuando se producían las reparaciones y a la zona llegaban centenares de trabajadores. "Hace tiempo que se nota el parón de la central, antes las reparaciones eran de 6 meses y las últimas ya fueron de 15 días, repercutía mucho en la hostelería de la zona", asegura Toni Menéndez.

A nivel municipal, el cierre de la térmica también conllevará pérdidas. La portavoz del PP, Montse Fernández, apunta que el ayuntamiento dejará de ingresar "1,1 millones de euros por el IBI y el impuesto de actividades económicas, lo que supondrá una pérdida de servicios importante".

El alcalde, José Ramón Feito, espera que se firmen pronto los convenios de transición justa del Ministerio para poder sacar adelante algunos de los proyectos que se han planteado como alternativa al cierre. "Es urgente compensar ya la pérdida de puestos de trabajo de la térmica", subraya, a la vez que recuerda que junto a la minería fue el motor económico de Tineo y del Suroccidente.

El Principado teme que los "fondos verdes" se diluyan

El Principado teme que los "fondos verdes" se diluyanEl Gobierno del Principado teme que las ayudas europeas destinadas a las regiones más afectadas por la descarbonización "queden diluidas" al aumentar las regiones beneficiarias. Esos "fondos verdes" son claves para generar alternativas en las zonas afectadas por los cierres de minas y centrales de carbón y avanzar en la transición hacia una economía baja en carbono.

"Asturias es una región en transición minera, es una región en transición en generación en carbón y es una región también en transición por el consumo altamente intensivo de energía de nuestras industrias, por lo tanto estamos en las tres patas de la transición de la que habla Europa", destacó ayer Belarmina Díaz, directora general de Energía, Minería y Reactivación del Principado, que añadió que "no vale que ahora intenten incorporarse" a los programas de ayudas "otras regiones que también tienen sus particularidades y sus dificultades" pero no esa conjunción de factores que tiene Asturias.

"Es preocupante que se abra demasiado el abanico" de las ayudas y "que al final quede diluido ese esfuerzo transformador que están haciendo los territorios verdaderamente mineros", añadió Belarmina Díaz.

Asturias y otras siete provincias españolas con minas y térmicas de carbón figuran en el listado provisional de la Comisión Europea (CE) para el reparto de los fondos de transición justa 2021-2027, también conocidos como "fondos verdes". Para España hay previstos inicialmente 307 millones de euros, el 4% del total, que deberían completarse con la asignación de partidas del Fondo Social Europeo y Feder, y financiación estatal, con lo que las ayudas directas podrían oscilar entre 1.400 y 2.235 millones y a ellas se podrían sumar créditos del Banco Europeo.

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