El Ministerio de Trabajo mantuvo ayer una primera ronda de contacto con los sindicatos UGT y CC OO y las patronales CEOE y Cepyme para saber su opinión sobre la regulación del teletrabajo. Lo que se encontró el departamento de Yolanda Díaz fue con el frontal rechazo de los empresarios, que consideran que el anteproyecto elaborado por el Gobierno se concibió al "margen del diálogo social". La asturiana FADE suscribió las críticas. Los agentes sociales podrán presentar alegaciones por escrito en los próximos días.

Según los empresarios, el anteproyecto está "desequilibrado, tiene un enfoque errático, está apartado de la realidad del tejido productivo y de las necesidades de las empresas y los trabajadores". Y añaden: "Es un enfoque que no aporta la confianza y la seguridad necesarias para generar inversiones y empleo".

A las empresas, por ejemplo, no les gusta lo de tener que hacerse cargo de algunos de los gastos que tienen que desembolsar los trabajadores para poder trabajar desde sus casas como el del wifi. A los sindicatos parece que tampoco les gusta demasiado el planteamiento inicial del Ministerio. Piden que el teletrabajo tenga un carácter voluntario y que los empresarios pongan los medios necesarios para que se lleve a cabo.