El gasto público de España (uno de los países del sur de Europa tipificados como "derrochadores" y "manirrotos" por los ortodoxos septentrionales) es entre 6,3 y 7,7 puntos de PIB inferior al de los estados autointitulados como "frugales" y que han pasado a erigirse en los nuevos "halcones" de la ortodoxia fiscal y del requerimiento de disciplina a los socios. Esto significa, que en términos del PIB nacional, el gasto público español es entre 78.455 y 95.890 millones inferior al de los países que abanderan el rigor y la austeridad según los datos oficiales de Eurostat, la oficina estadística europea.

Estos estados (Países Bajos, Dinamarca, Austria y Suecia) apoyaron el jueves la elección del conservador irlandés Paschal Donohoe como nuevo presidente del Eurogrupo para cerrar el paso a la socialdemócrata española Nadia Calviño, que perdió por un solo voto. Y ejercerán la posición más crítica y exigente en la trascendental cumbre europea del jueves y viernes próximos, en la que los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países de la Unión Europea (UE) abordarán el diseño y cuantía del ambicioso presupuesto comunitario para 2021-2027 y la dotación, condicionalidad y naturaleza del gran plan de recuperación o reconstrucción europea para impulsar la economía de los países más devastados por la pandemia y que la Comisión pretende que disponga de 750.000 millones.

El gasto público español en 2019 supuso el 41,9% del PIB nacional, la misma proporción que Países Bajos. Los otros tres estados "frugales" superan ampliamente esta ratio. El gasto soberano en Austria representa el 48,2% de la riqueza generada cada año por su economía, en Suecia supone el 49,3% y en Dinamarca, el 49,6%.

Por consiguiente, frente a la creencia común (en Europa y en España) de que el gasto público español es insoportable, la realidad es que es el noveno menor de los 27 países de la UE (a la par que Países Bajos) y 4,8 puntos de PIB inferior al promedio de la UE (59.775 millones menos) y 6 puntos porcentuales (74.919 millones) menor que la media del área monetaria.

Finlandia, otro país septentrional que habitualmente se asocia con los "frugales", lidera el gasto público en Europa: destina este fin una cuantía equivalente al 59,4% de su PIB, lo que supone que, en términos del producto interior bruto español, España dedica 218.00 millones anuales menos que el Gobierno finlandés a sostener los servicios públicos.

Tampoco el gasto público extraordinario contra la actual crisis, que está disparando el déficit a proporciones sin precedentes en tiempo de paz, es superior en España. Con los datos disponibles, España está destinando a políticas de estímulo keynesiano y protección social el 4% del PIB más el 11% en avales y préstamos, frente el 12% de su PIB por Alemania en gasto y el 39% en préstamos y avales.

La diferencia determinante en el mejor saldo presupuestario de estos países no está por ello en el menor gasto sino en la mayor recaudación tributaria. España, la cuarta economía más importante de la UE, es la octava que menos ingresa vía impuestos. España se sitúa 7,4 puntos de PIB (92.152 millones) por debajo de la media de la eurozona y 7,1 puntos (88.418 millones) inferior al promedio de la UE. Países Bajos recauda 4,5 puntos de PIB más que España; Austria, 9,9; Suecia, 10,7 y Dinamarca, 14,2. Esto supone que España, de acuerdo con su propio PIB, recauda entre 56.039 y 176.837 millones menos que los países que se juzgan ejemplares.

Sin perjuicio de la necesaria mejora en la eficiencia del gasto público, ahora mismo toda la presión se está dirigiendo a la reclamación de aumento de la recaudación tributaria cuando se salga de la actual crisis para restablecer el equilibrio en las cuentas y afrontar el pago de una deuda soberana sin precedentes en un siglo. En ello han coincidido los últimos mensajes del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial, Banco de España, Fedea y otros, que han planteado bien subida de tributos o supresión de desgravaciones y exenciones. La OCDE también acaba de destacar la pérdida recaudatoria del impuesto español de sociedades sobre el PIB y sobre los ingresos totales.