El apetito inversor de las empresas asturianas se está incrementando tras el periodo de abstinencia provocado por la crisis sanitaria del coronavirus. Haciendo bueno el dicho de que después de la tormenta viene la calma -si los rebrotes lo permiten- las compañías de la región están volviendo a pisar el acelerador en el gasto para mejorar sus negocios, para ampliar sus instalaciones, para comprar nueva maquinaria o para dar el salto a una producción más digitalizada. Pero con un matiz. Como el camino no está del todo despejado aún, las empresas asturianas están invirtiendo menos que antaño en esas mejoras. Esta tendencia la lleva ya observando unas semanas la Sociedad de Garantía Recíproca de Asturias (Asturgar), cuya labor fundamental es la de facilitar la financiación de autónomos y emprendedores mediante la concesión de avales para sus negocios. Aunque con la crisis del coronavirus su estrategia ha tenido que virar.

Su director general, Ángel Rodríguez Vallina, asegura que "lo que me sorprende de este año es que ya hemos concedido más avales para inversión que el pasado. Por un importe menor, eso sí, pero ya son más". Esto evidencia, a su juicio, que la crisis no está tocando a todos los sectores por igual y que hay muchos que están consiguiendo resistir con enorme entereza al contagio del virus. Muchas de esas nuevas inversiones están dirigidas a que los negocios asturianos den el salto hacia la digitalización y hacia el comercio online, que ha crecido con mucha fuerza durante estos últimos meses.

Aunque las hay de todos los colores. Rodríguez Vallina dice que se están haciendo ya inversiones "de todo tipo". Por ejemplo, hay industrias que están comprando nueva maquinaria, nuevas naves, gimnasios que están ampliando sus instalaciones o, apunta, hasta un negocio hostelero de Oviedo que ha pedido financiación para ampliar su capacidad. No solo eso, resalta el director de Asturgar que hay también un enorme número de emprendedores con un alto grado de innovación ávidos de iniciar su aventura. La materia gris asturiana no descansa.

Con la irrupción del coronavirus y el posterior confinamiento, Asturgar tuvo que variar completamente su estrategia. Pasó de dar su apoyo a proyectos de futuro a tener que rescatar empresas que estaban al borde del colapso. "A diferencia de la crisis anterior, en esta estaba el ICO (Instituto de Crédito Oficial) que entró con una potencia de fuego muy grande para apoyar a las empresas aportando liquidez y nosotros decidimos ser complementarios a ellos. Decidimos centrarnos más en pequeñas empresas y en microempresas", explica, "también porque entendimos que eran los más débiles. Eran los que más complicado tenían acceder a una financiación bancaria". Tuvieron que echar el resto, señala, en sectores como el comercio o la hostelería. Sin embargo, otros como la industria casi no llamaron a sus puertas esos días.

Pero la situación, tras aquel apurón, ya ha mudado. La necesidad de liquidez está dando paso a una mayor necesidad de inversión. "Ahora nosotros mismos estamos dando un giro a nuestra estrategia y volviendo la mirada hacia la inversión porque hay que ponerse de nuevo a andar", señala. También constatan ese cambio de tendencia las Cámaras de Comercio de Asturias. En la última encuesta en la que se evalúa el estado de salud de las empresas asturianas tras la crisis sanitaria, estas entidades constatan que un 59% de los empresarios de la región aseguran que tienen previsto realizar algún tipo de inversión en su negocio. El dato, señalan las Cámaras, contrasta con el que habían obtenido el anterior barómetro -realizado en mayo- cuando solo un 17% reconocía que iba a hacer algún desembolso. El sector turístico, sin embargo, es el que más va a pisar el freno de sus inversiones. Lógico, ya que es uno de los que peor lo está pasando con la crisis sanitaria.