La dirección de Duro Felguera expuso ayer a los representantes de la banca acreedora la actualización de sus planes financieros y comerciales e intentó persuadirles de que la ingeniería asturiana está en condiciones de remontar sus dificultades si obtiene el apoyo del nuevo fondo estatal de rescate de empresas estratégicas y si las entidades financieras se prestan a aportar 100 millones en avales (con la entidad pública Cesce como contraparte), a refinanciar la deuda (transformándola al menos en parte en bonos convertibles) y a respaldar que el grupo tenga acceso a préstamos para liquidez (hasta 60 millones) amparados por el también público Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Durante una reunión telemática que algunas fuentes financieras calificaron como "tensa", los bancos dieron a entender que no tomarán ninguna decisión para prestar nuevo apoyo a Duro Felguera hasta que se confirme si la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), gestora del fondo de rescate, aprueba auxiliar al grupo asturiano y entrar en el capital. Los bancos dudan de que Duro cumpla los requisitos para recibir esa ayuda, reservada para empresas estratégicas y en dificultad como consecuencia de la crisis del covid-19, mientras que la dirección que pilota José María Orihuela, consejero delegado, asegura que la situación de la compañía encaja sin problemas en las reglas del fondo de rescate. La banca mantiene sus recelos hacia los planes de Duro Felguera y, según algunas fuentes financieras, sigue considerando que la empresa no es viable.