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La pandemia destruyó en tres meses el 92% del empleo creado en seis años

El covid acabó con un millón de trabajos en España, 16.300 de ellos en Asturia

La pandemia destruyó en tres meses el 92% del empleo creado en seis años

La pandemia del covid-19 ha golpeado al empleo en España con la saña que revela este dato de la Encuesta de Población Activa (EPA) conocido ayer: el país perdió en el segundo trimestre del año -período que comprende la mayor parte del tiempo del estado de alarma y de las medidas más duras de confinamiento- por encima de un millón de puestos de trabajo (1.074.000), cifra sin precedentes estadísticos y que supera en más de 300.000 personas los peores resultados trimestrales registrados durante la Gran Recesión (2008-2013). Asturias resistió mejor que la media de las comunidades autónomas, aunque los datos son también de gran calibre: 16.300 ocupados menos en tres meses, equivalentes al 92% de todo el empleo que la región había recuperado entre 2014 y 2019, tras la crisis anterior (17.600 puestos, si se comparan las medias anuales de ambos ejercicios).

Los resultados de la EPA dejan ver el poder destructor que el coronavirus y la estrategia epidemiológica para combatirlo han tenido sobre el empleo incluso a pesar de las políticas laborales excepcionales aplicadas para contener el impacto: los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE), a los que estuvieron acogidos durante el segundo trimestre unos 3,5 millones de personas en toda España, entre ellos unos 60.000 asturianos. Tales trabajadores son computados en la Encuesta de Población Activa como ocupados.

La excepcionalidad de la situación sanitaria también condiciona el retrato laboral que la EPA hace del comportamiento del paro. El trabajo del Instituto Nacional de Estadística (INE) arroja esta aparente inconsistencia: pese a la pérdida de un millón de ocupados, el número de españoles en paro únicamente aumenta en 55.000, e incluso desciende en 2.400 individuos. La explicación es la siguiente: las reglas de la EPA, marcadas por la Organización Internacional del Trabajo, determinan que una persona tiene la condición de desempleada si buscó trabajo de manera activa durante el período examinado; en la medida en que la población estuvo confinada y mucha de la actividad económica hibernada durante buena parte del segundo trimestre, la inmensa mayoría de los ciudadanos que perdieron su empleo son considerados inactivos y no parados en la medida en que no pudieron buscar ocupación. Presumiblemente, la próxima entrega de la encuesta sí reflejará un aumento mayúsculo del paro, congruente con el empleo perdido.

El Gobierno del Principado quiso poner ayer un acento en el hecho de que la caída relativa de la ocupación en la region (-4,21%) fue inferior a la media española (-5,46%). La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) reparó también en ello: "El mercado laboral asturiano parece resistir mejor el envite coyuntural", señaló la patronal. La sangría del empleo fue particularmente severa en Canarias (-11,62%), Cantabria (-7,95%) y en Cataluña (-6,48%) y sólo Baleares logró esquivarla, con un aumento del 1,82%. Ese balance del archipiélago puede explicarse porque allí el ajuste se produjo antes, dentro del primer trimestre del año, con la pérdida de más de 60.000 ocupados.

Ese dato de Baleares y el observado en Canarias en el segundo trimestre (pérdida de 108.000 ocupados) muestran la especial vulnerabilidad de los territorios más dependientes del turismo. Es en esa actividad y en otras de los servicios ligados al consumo donde están los daños más graves también en Asturias. Hostelería, comercio y negocios afines perdieron casi 13.000 ocupados en la región, concentrando por ello el 80% de todo el empleo destruido durante el segundo trimestre. Sufrió también la construcción (-3.400 ocupados) y aguantó la industria. Aquellas mismas actividades terciarias que entre abril y junio redujeron en más del 10% sus plantillas son ahora de nuevo las más expuestas al impacto económico y laboral que puedan tener los rebrotes y las medidas para combatirlos.

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