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Arcelor nota una mejoría en el mercado del acero y reabre dos talleres de Avilés

La compañía pierde 1.679 millones en el primer semestre, menos de lo que esperaba l El horno parado en abril seguirá por ahora inactivo

Arcelor nota una mejoría en el mercado del acero y reabre dos talleres de Avilés

ArcelorMittal perdió 1.679 millones de euros durante el primer semestre del año. Una cifra que impresiona, pero que es menos abultada de lo que la propia empresa esperaba, aunque eso no quita para que estos meses hayan sido "uno de los periodos más difíciles en la historia de la compañía, durante el cual la demanda de acero se vio considerablemente alterada por el covid", según reconoció su presidente, Lakshmi Mittal en la presentación de los resultados. La siderúrgica asegura que comienza a atisbar ciertas señales de mejoría, algunas de las cuales están llegando a sus plantas asturianas. Tanto que ya hay pedidos de sobra para reactivar con cierto brío dos instalaciones que estaban funcionando hasta ahora con el freno de mano echado. Serán el tren de bandas en caliente (TBC) -que ahora tiene programada una parada para realizar tareas de mantenimiento- y la línea de decapado, ambas en Avilés. Las dos están íntimamente ligadas a una parte de la demanda industrial (acero para bienes de equipo). Por ahí está llegando una mejora que, sin embargo, no es suficiente para poder reabrir el horno alto "A" de Veriña, parado desde abril.

Falta que arranque el sector automovilístico, del que dependen muchos de los talleres que tiene en Asturias, como el tren de alambrón o el de galvanizado. La siderúrgica dice que por ahí no ve recuperación clara todavía, pero sí que hay algunas señales ciertamente esperanzadoras. Por ejemplo, Michelin acaba de anular el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que tenía en marcha en sus fábricas españolas por el incremento de la carga de trabajo. El futuro del mercado automovilístico será clave para acelerar la mejoría en las plantas de Arcelor. No obstante, el cambio de percepción en Arcelor una vez acabado el confinamiento de la población es evidente. La compañía asegura que ha conseguido salvar más o menos los muebles durante el que ha sido uno de los periodos más complicados de su historia. Es más, la multinacional recalca que, gracias a que los datos no habían sido tan malos como se esperaban, ha podido meter un buen tajazo a la deuda del grupo. Casi una obsesión de Lakshmi Mittal. El endeudamiento del grupo asciende ahora a unos 6.600 millones de euros, la cifra más baja desde la fusión que dio lugar al nacimiento de ArcelorMittal (en 2006).

Sobre el impacto del contagio del coronavirus y las medidas de confinamiento en el negocio del grupo, el presidente de la siderúrgica aseguró: "Reaccionamos con celeridad para proteger a los trabajadores y preservar nuestras instalaciones, nuestra rentabilidad y nuestros flujos de tesorería". De cara al futuro asegura que "se observan síntomas de recuperación de la actividad, pero la prudencia exige mantener la cautela en lo que respecta a las perspectivas". Y también valoró positivamente el paso dado por la Unión Europea para poner en marcha un mecanismo de "ajuste en frontera" que acabe con la entrada en territorio comunitario del "acero sucio", aquel que se produce en otras partes del mundo con una legislación medioambiental mucho más laxa que la europea.

Respecto a los resultados económicos, la cifra de negocio también se vino abajo durante el primer semestre, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Cayó en más de 13.000 millones. Y la producción de acero pasó de los 47,8 millones de toneladas que se habían fabricado entre enero y junio de 2019 a los 35,5 millones de este año.

La multinacional había tomado, al inicio de la pandemia, duras medidas de ajuste en sus plantas asturianas para hacer frente a la caída de la demanda. Incluso llegó a tramitar un ERTE (más duro del que tenía ya en marcha) para hacer frente a ese retroceso del negocio. Solo ahora, con la carga de actividad que va a recibir el TBC y el tren de decapado, comienza a levantar algo la mano.

Por otra parte, Arcelor comienza a preparar el terreno para el futuro en Asturias, y va quemando etapas en la tramitación de los permisos para la inyección de gas de coque en los dos hornos altos de Gijón, ayer se publicó una nueva autorización en el Boletín Oficial del Principado (BOPA). Un proyecto que está pendiente de recibir el visto bueno por parte de la dirección de la multinacional.

Los sindicatos y la dirección de la multinacional mantuvieron ayer una reunión en la llamada comisión negociadora del plan de igualdad en el que se presentó un informe sobre la presencia de la mujer en las plantas de la siderúrgica en España. Ellas son el 8,84% de la plantilla. Son mayoría en el departamento de finanzas y contabilidad (el 52%), pero clara minoría en labores de producción (representan el 8% de la plantilla) y aún más en mantenimiento (2,32%).

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