El consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, manifestó ayer que la entidad de origen asturiano "sigue dispuesta a analizar" posibles fusiones siempre que "generen valor" para los accionistas y los demás grupos de interés del banco. Menéndez repitió de ese modo casi literalmente una respuesta expresada otras veces y que ahora llega en un contexto en el que la crisis asociada al covid-19 y la política del Banco Central Europeo (BCE), que relajará las exigencias regulatorias, alimentan la expectativa de operaciones de concentración en el sector. En 2019, Liberbank negoció sin éxito una fusión con Unicaja y rechazó también una oferta de compra de Abanca.

Menéndez hizo las referidas consideraciones durante la presentación de los resultados del banco, que obtuvo entre enero y junio un beneficio neto de 41 millones de euros, un 43,8% menos que un año antes, tras haber provisionado 121 millones de euros, de los cuales 68 millones se destinaron a saneamientos del crédito para hacer frente a la pandemia de coronavirus. Esos 121 millones multiplican por ocho las provisiones del ejercicio anterior.

La entidad destacó que en el segundo trimestre del año el beneficio neto fue de 21 millones de euros, por encima de los 19 millones del tercer trimestre de 2019 y de los 15 millones del último cuarto de ese año.

El tamaño del balance aumentó un 13,9% desde el mismo periodo del año anterior, hasta 45.824 millones de euros, con un incremento de los recursos de clientes (depósitos y otros productos) del 5% y de la inversión crediticia productiva del 7,4%. La tasa de mora bajó al 3,09%.