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Duro Felguera estima que perdió contratos por 180 millones debido a la falta de avales

La compañía intenta persuadir a la banca de desbloquear la concesión de garantías, en paralelo a la solicitud de ayuda pública

Sede de Duro Felguera en Gijón. Marcos León

Las dificultades financieras y la resistencia de la banca acreedora a asumir mayores riesgos en Duro Felguera han cercenado la capacidad de maniobra de la ingeniería asturiana para acceder a contratos de gran dimensión. Así, la ausencia garantías bancarias impidió a la compañía firmar nuevas obras por valor de 180 millones de euros, según estimaciones internas. En sus nuevas conversaciones con la banca, la dirección de Duro ha planteado a los acreedores que reabran el grifo de los avales y accedan a otras medidas relacionadas con la liquidez y la deuda del grupo.

"La no disposición de la línea de avales comprometida en el acuerdo de refinanciación firmado en 2018 está dificultando alcanzar los niveles de contratación prevista en el plan estratégico", reflejaba el informe de gestión de 2019. En ese ejercicio, la contratación de Duro Felguera ascendió a 105,5 millones de euros, significativamente por debajo del objetivo que se había marcado la dirección que encabeza José María Orihuela como consejero delegado: 260 millones de obra nueva. Según ha trascendido a raíz del reciente contacto de Duro con la banca acreedora, la empresa argumenta que las dificultades para disponer de avales frustraron el pasado año la firma de tres contratos de alcance en Alemania, Perú y Argelia, que sumaban los referidos 180 millones.

El negocio medular de Duro Felguera, especializada en la construcción llave en mano de plantas industriales y energéticas, requiere necesariamente la presentación cuantiosas garantías financieras. Sin ellas, ha argumentado la dirección ante los bancos, la compañía ve restringida su margen de contratación a obras menores. Desde 2018, Duro ha recurrido, ante la negativa de la banca a concederle avales, a obtener algunas garantías mediante la pignoración de parte de su efectivo.

El acuerdo de refinanciación que Duro alcanzó con los bancos en 2018 preveía una línea de avales de 100 millones de euros, compromiso que no se llegó a materializar al aflorar nuevos riesgos y deterioros en proyectos que la compañía estaba desarrollando y al no cumplirse una de las peticiones principales que los acreedores hicieron a Duro Felguera: encontrar y dar entrada a un socio industrial para tomar un nuevo rumbo.

En mayo pasado la dirección presentó a los bancos una nueva propuesta que incluye la concesión de una línea de avales con respaldo público (ya comprometido a través de la sociedad Cesce); hasta 60 millones de préstamos para liquidez a través del también público Instituto de Crédito Oficial (con la imprescindible intermediación de la banca), la conversión en bonos convertibles de dos tercios de la deuda (unos 58 de los 85 millones de débitos acumulados con las entidades), para reforzar la posición patrimonial, y la refinanciación del tercio restante a cinco años. Ese plan financiero es paralelo a la solicitud que presentará Duro para acceder al fondo público de rescate de empresas estratégicas. De ser aprobada, el Estado podría entrar en el capital.

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