El precio de la electricidad es un factor crítico para competitividad de industrias básicas asturianas como la fabricación de acero, cinc, aluminio y cemento. El porvenir de tales industrias y en particular las decisiones de inversión que puedan tomar las multinacionales que por lo común realizan tales actividades dependerán así del desbloqueo del llamado Estatuto del Consumidor Electrointensivo, cuya próxima aprobación confirmó ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tener esa regulación es capital para rebajar la desventaja en precios que los fabricantes asturianos tienen respecto a los competidores de otros países europeos, pero lo verdaderamente relevante, defiende el sector, es el contenido final de ese documento. El borrador que meses atrás presentó el Ministerio de Industria preveía mejoras en el precio de la luz para más de 600 empresas en todo el país a la vez que dejaba en una cantidad mínima (menos de un euro por megavatio) la rebaja para las compañías más intensivas en consumo, como son ArcelorMittal y Azsa en Asturias. El Principado y la industria alegaron para que el Ejecutivo reconsiderase su texto y primara a las industrias más expuestas al precio de la luz. El desenlace de esas alegaciones y el contenido final del estatuto pondrán a prueba ahora el grado de compromiso del equipo de Sánchez con la industria básica asturiana.