El primero acercamiento entre la plantilla de las estaciones de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y el Principado -para intentar llegar a un acuerdo sobre las nuevas condiciones laborales del servicio que evite la huelga que está convocada para el sábado- terminó sin demasiados avances, con las posturas bastante alejadas y con un total distanciamiento sobre los servicios mínimos que deberían de realizar los trabajadores. Los paros fueron convocados después de que el Gobierno regional decidiera ampliar en dos horas al día el horario de atención de este servicio y obligara a las estaciones a abrir sus puertas los sábados. Todo con la intención de recortar la enorme cola de vehículos que debían de pasar la revisión durante las semanas de encierro de la población debido a la expansión del coronavirus.

Según los primeros cálculos de las centrales, el Principado había planteado unos servicios mínimos que supondrían trabajar la mitad de las horas, lo que, denuncian, es inasumible. De hecho, los sindicatos se oponen a que se imponga siquiera un sistema de servicios mínimos, ya que consideran que el de la inspección no es un servicio esencial. Las centrales propusieron durante la negociación, que tuvo lugar en la sede del Servicio Asturiano de Solución de Conflictos Extrajudiciales (Sasec), realizar horas extra pagadas y solapar turnos para tratar de rebajar la lista de espera.

El acuerdo fue imposible, pero la negociación no está rota ni muchísimo menos. Es más, el Principado y los sindicatos han quedado en volver a verse las caras en una nueva reunión mañana viernes, también en el Sasec, que se celebrará un día antes de que comience la huelga indefinida.