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La industria asturiana paga por la luz el doble que en Alemania y Francia

La patronal a la que pertenecen Arcelor y Azsa da la alarma ante la desventaja que existe frente a los competidores europeos en plena crisis

Instalaciones de Ardelor en Veriña. Ángel González

El precio de la electricidad para las grandes fábricas consumidoras más que duplica en España el que pagan las industrias análogas de Alemania y Francia este año, según una estimación realizada por la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), a la que pertenecen compañías como ArcelorMittal y Azsa . La competitividad de los fabricantes españoles de acero, cemento o aluminio está por lo tanto singularmente lastrada por el precio de la energía en medio de la crisis asociada al covid-19, que en junio hizo caer la producción fabril el 17,8%, según trascendió ayer.

Los técnicos de Aege elaboran un barómetro del precio de la energía al que últimamente han incorporado un cálculo del coste por megavatio para las fábricas electrointensivas incluyendo todos los componentes de la factura: precio de la electricidad en el mercado mayorista, costes regulados, recargos e impuestos, así como el impacto de ciertas rebajas a las que tienen acceso ese tipo de consumidores industriales cualificados (compensación de costes indirectos de CO2 y en su caso retribución del llamado servicio de interrumpibilidad). Según esas cuentas, la fotografía a 30 de julio de este año de los precios en España, Alemania y Francia es la que se explica en los siguientes puntos.

Precio mayorista. Las diferencias históricas que ha habido en los precios que se fijan en el llamado "pool" o mercado mayorista de la electricidad (donde las empresas generadoras y las comercializadoras casan sus ofertas y demandas a diario) se han estrechado. El precio español (33,58 euros por megavatios) ha pasado a estar muy cercano al de Francia (33,38 euros) y ha reducido distancias con el alemán (28,86 euros). Si bien el Gobierno ha relacionado esa tendencia con el creciente peso de las energías renovables, las principales claves están en la caída del consumo energético por la crisis y en el precio del gas natural. La extraordinariamente baja cotización de este último combustible, por la menor demanda y gracias a las grandes producciones de gas no convencional (extracción mediante fracking) en Estados Unidos y Canadá, abarata las ofertas que hacen en el mercado las centrales eléctricas de ciclo combinado, las que más frecuentemente marcan el precio marginal con el que se retribuye al conjunto de las plantas de generación. El fuerte peso que los ciclos combinados tienen ahora en la dieta eléctrica española contribuye a que la caída de los precios haya sido mayor en España que en Francia, con predominio de la energía nuclear, y en Alemania, donde el carbón es la principal tecnología de respaldo.

Costes regulados. Incluyen los peajes (transporte y en su caso distribución) y cargos (retribución garantizada las renovables y otros). Aquí afloran grandes diferencias a favor de franceses y alemanes, donde las empresas electrointensivas tienen elevadas bonificaciones, particularmente en el caso de los cargos relacionados con los pagos a las energías renovables. Siempre según Aege, este capítulo de la factura supone 11,52 euros por megavatio en España, frente a los 0,70 euros de Francia y los 2,57 euros de Alemania.

Otros recargos. Comprenden los llamados pagos por capacidad, el impuesto eléctrico y los pagos al Fondo Nacional de Eficiencia Energética, entre otros. También aquí el coste español (2,41 euros) supera los de los otros países.

Compensaciones por CO2. El cálculo del lobby de las grandes fábricas electrointensivas sostiene que las compensaciones efectivamente recibidas por las empresas en España este año no pasan de 10 céntimos por megavatio (considerando que por ahora sólo se han convocado el reparto de 6 millones, aunque el Gobierno ha prometido aumentar al máximo posible esa cantidad), frente a los 10,6 euros que Aege atribuye a las alemanas y francesas (considerando que por lo común en ambos casos su Gobiernos llegan a los límites legales que marca la UE".

Interrumpibilidad. La retribución que las fábricas pueden obtener por prestarse a desconectar potencia y dejar de producir en caso de necesidad para el sistema eléctrico supone en España una rebaja del precio de 0,4 euros por megavatio, frente a los 2,5 euro de Francia y los 3,4 de Alemania.

Precio total. De acuerdo con el mismo estudio, una empresa electrointensiva española acogida a la tarifa 6.4 paga este año 47 euros por megavatio, el doble que una francesa (precio de 22,34 euros) y más del doble que una alemana (18,5 euros).

La diferencia de precios respecto a los competidores alemanes y franceses es uno de los principales argumentos que el sector esgrime para demandar un trato singular en España, a través del llamado Estatuto del Consumidor Electrointensivo. El Gobierno retiene su aprobación desde la primavera y aún no ha concretado si aceptará o no las alegaciones formuladas desde Asturias, incluidas las de Gobierno regional, para mejorar el tratamiento que recibirán las industrias más intensivas en consumo y que por ello más críticamente dependen del precio, como es el caso de las fábricas asturiana de ArcelorMittal, Azsa y Alu Ibérica.

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