Dos concesiones -una por parte de la empresa y otra a cuenta de los sindicatos- y un compromiso de continuar negociando con algo más de tiempo pusieron ayer fin a la huelga que estaba previsto que comenzara hoy en las nueve estaciones de la ITV de Asturias. Aunque formalmente no existe un acuerdo cerrado, sí hubo ayer un acercamiento lo suficientemente sólido para acordar una salida momentánea al conflicto y evitar que el enorme embotellamiento que ya hay a las puertas de la inspección -hay más de 140.000 vehículos con cita concertada para pasar la revisión- no vaya a más. El Principado cedió en su idea de no abonar las horas extra a los 170 trabajadores de este servicio. Y los sindicatos dieron marcha atrás en su pretensión de que los centros de inspección no abrieran los sábados. Aunque con algunos matices -como suele ser habitual en este tipo de negociaciones- en ambos casos. Para empezar, todo será transitorio. La ampliación de horarios durará cinco meses. Hasta fin de año.

Como muestra de talante negociador, el Principado decidió que hoy, sábado, las estaciones no abrieran sus puertas. Itvasa, la empresa pública que gestiona el servicio, prometió ponerse en contacto con los conductores para reubicar las citas en el apretadísimo calendario de las estaciones. Las del centro de la región no tienen horas libres para antes de Navidades. Sin embargo, si la semana que viene hay acuerdo, las ITV asturianas abrirán sus puertas a partir del sábado 22 (el día 15 es fiesta) para tratar de descongestionar el atasco. Estas aperturas durante los fines de semana se harían con el mínimo personal posible, matizaron algunas fuentes. Esa fue la concesión de la plantilla, que en principio se había negado a trabajar los fines de semana. La concesión del Gobierno asturiano fue avenirse a pagar las horas extra que los trabajadores vayan a hacer durante los cinco meses que está previsto que inicialmente dure la ampliación de los horarios, que ya desde el lunes pasado supone dos horas más de actividad.

Inicialmente, el Gobierno pretendía tomar una parte de las horas que los empleados no trabajaron (el 10% de ellas, que es el máximo que permite la ley) durante las semanas de confinamiento para que la plantilla las recuperara ahora. La compañía pública no puso, en su momento, en marcha ningún expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), con lo que la plantilla estuvo en sus casas cobrando el sueldo íntegro. Itvasa quería sacar partido ahora aquel gesto. Pero los sindicatos se opusieron de forma frontal. Y vista la presión, el Principado decidió dar marcha atrás. Su oferta ahora consiste en abonar como extraordinarias 80 de las horas que tengan que hacer estos trabajadores -durante estos próximos cinco meses-, y abre la puerta también a establecer una especie de plus de asistencia para las 89,5 horas restantes, cuya cuantía se va a negociar la próxima semana.

Aunque esos aumentos de la nómina están condicionados a que la plantilla cumpla tres condiciones. Primero, que suspenda la huelga -ya lo hizo ayer mismo-; segundo, la reducción progresiva de las listas de espera. En la actualidad, las nueve estaciones de inspección de la región vienen examinando unos dos mil vehículos al día.

Rosana Prada, directora general de Industria y consejera delegada de Itvasa, destacó la "voluntad de diálogo y la flexibilidad del Gobierno durante el proceso de negociación, primando el interés general, la mejora del servicio y la continuidad de un recurso básico y esencial como la inspección de vehículos".

Los sindicatos también hicieron una valoración positiva. Enrique Martín Rosete, de CSIF, señaló que la suspensión de la huelga fue un acto de responsabilidad y de compromiso, mientras que José Luis Montes, responsable de política sindical de la Federación de Industria de CC OO, señaló que la semana que viene, como muy tarde, debería llegarse a un acuerdo. Los sindicatos también señalaron que Industria va a hablar con el departamento de Función Pública para ver qué posibilidades hay de ampliar la plantilla de este servicio.