La venta de chalés y de casas rurales se ha duplicado en Asturias desde el fin del confinamiento al que se sometió a la población para intentar frenar la primera oleada del coronavirus. Ese encierro, por lo que se está comprobando, ha dejado secuelas que ya se están sintiendo en mercados como el inmobiliario. Consecuencia de ello, y ante la expectativa de que haya que volver a encerrarse en casa por nuevas oleadas del covid-19, los compradores "con dinero", matizan las inmobiliarias, están buscando espacios más amplios en los que vivir. Por lo que pueda pasar. Los datos los maneja la Asociación de Inmobiliarias de Asturias (Asocias), que también asegura que la compraventa de viviendas está recuperando bien el tono tras el frenazo de marzo, abril y parte de mayo. Tanto es así que el portavoz de esta agrupación empresarial, César Nozal, asegura que se está ya a niveles de venta similares a los de hace un año.
Corren, por lo tanto, buenos tiempos para el negocio inmobiliario -también las promotoras coinciden en que esa mejoría se está produciendo- y esos tiempos son aún mejores si lo que se trata de vender es una finca rústica o un chalé. Siempre y cuando, matiza Nozal, los precios estén ajustados. Es decir, siempre que los propietarios no quieran subirse a la parra y aprovechar el momento para pedir una cantidad desorbitada por sus viviendas. Tirando de cifras, Nozal asegura que antes del confinamiento la venta de chalés y de casas unifamiliares era prácticamente residual en la región. Solo representaban el 13% de las operaciones que se cerraban. Ahora, están más cerca del 25%. El subidón es importante y supone que en estos momentos una de cada cuatro viviendas que se venden en el Principado es unifamiliar.
"Todas las transacciones que tienen que ver con casas, fincas en la zona rural, chalés o todo tipo de viviendas unifamiliares se han duplicado", argumenta. No obstante, hay un par de matices que exigen los compradores a los vendedores. Uno es el precio, que no sea exagerado. Otro es que los inquilinos que buscan viviendas en las zonas rurales no quieren que estén demasiado lejos de los grandes núcleos de población de la región como Oviedo, Gijón y Avilés.
La mejora de las ventas de las viviendas unifamiliares ya está llegando incluso a la promoción. Las empresas de construcción están viendo cómo este mercado está sacando la cabeza con fuerza. Lo demuestran, por ejemplo, las cifras que maneja el Colegio de Aparejadores de Asturias, recogidas por la patronal asturiana de la construcción, CAC-Asprocon, que aseguran que en lo que va de año la construcción de nuevas viviendas unifamiliares ha crecido más de un 10 por ciento en comparación con 2019 en la región. En todos los grandes concejos (como muestra el gráfico que acompaña a esta información) ha aumentado la promoción de chalés. Pero sobre todo se ha notado en Siero, Oviedo y en Llanes.
Todo esto se produce en un momento en el que el mercado inmobiliario está comenzando a recuperarse con cierto brío, aunque a nivel nacional esa mejoría no está siendo uniforme. Es mucho más consistente en la zona norte del país, en Asturias, Galicia, Cantabria y el País Vasco que en comunidades que, por lo general, tenían un mayor pulso constructor como Valencia, Cataluña y Andalucía. Esto tiene también su explicación. Destaca Nozal que se debe a que los precios de la vivienda habían caído con fuerza en todo el país -hasta un 30 por ciento en la región, según sus cuentas-, pero en otras regiones estaban volviendo a escalar ya desde hace un tiempo. No ocurre así en el Principado, lo que facilita la mejoría del negocio y que las transacciones se cierren más rápido.
La red inmobiliaria Asocias ha realizado una encuesta entre sus miembros para testar cuál es el ambiente en el sector en la región. Los resultados señalan que tras el confinamiento los precios de la vivienda no están subiendo. Tampoco bajan. Aunque un dato llamativo es que la mitad de estos negocios aseguran que lo que sí están notando estas semanas es que la banca está endureciendo algo las condiciones de sus préstamos hipotecarios, lo que, a futuro, puede llegar a complicar muchas operaciones.
Los nuevos gustos de los compradores: pisos grandes, en torno a 130.000 euros
Los nuevos gustos de los compradores: pisos grandes, en torno a 130.000 euros
El coronavirus ha cambiado las preferencias de los compradores de viviendas. Así lo están comprobando las agencias inmobiliarias, que están viendo cómo los inquilinos son cada vez más exigentes. Los que no pueden acceder a chalés y casas rurales por su alto precio buscan pisos cada vez más amplios, luminosos y, a poder ser, con una terraza generosa. El portavoz de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias (Asocias), César Nozal, asegura que casi la mitad de los pisos que se han vendido este año en el Principado (el 48%) tienen tres habitaciones, el 31% son de dos, el 7,5% son apartamentos y el 11,25% tienen cuatro o más. Lo que ilustra ese cambio de preferencias.
Y como la crisis aprieta, los compradores son cada vez más quisquillosos con el precio. Nozal señala que el precio medio de la vivienda en Asturias ronda ya los 130.000 euros. Una cifra, no obstante, que no ha aumentado mucho durante los últimos años. Más bien todo lo contrario. O se ha estabilizado o ha bajado ligeramente.
Un reciente estudio realizado por el portal inmobiliario Fotocasa y la plataforma de búsqueda de empleo Infojobs aseguraba que los asturianos debían destinar el sueldo íntegro de cinco años para poder comprar una vivienda. El caso es que ese dato -el de los cinco años- no ha variado últimamente. Se ha mantenido igual a lo largo de estos últimos años, resalta el propio estudio. Todo pese a que, hasta que estalló la crisis sanitaria del coronavirus, los salarios venían creciendo en el Principado. No mucho, pero sí habían recuperado el terreno que habían perdido tras el durísimo golpe de la crisis financiera de 2008. Asturias es, según ese estudio, una de las comunidades más baratas para comprar una vivienda.
