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León llena su gran zona logística e industrial mientras la Zalia asturiana sigue vacía

En marcha una ampliación para duplicar el tamaño del polígono de Villadangos, con un plan para convertirlo en polo metalúrgico

León llena su gran zona logística e industrial mientras la Zalia asturiana sigue vacía Ángel González

La distancia física entre la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (Zalia), situada en la parroquia gijonesa de San Andrés de los Tacones, y el área industrial y logística de Villadangos del Páramo, al norte de León, es de unos 150 kilómetros. Puede decirse que son mucho mayores las distancias entre los resultados que han cosechado ambos espacios de asentamiento empresarial, concebidos con apenas un lustro de diferencia: la Zalia asturiana permanece vacía, pendiente aún de infraestructuras esenciales, mientras León ha llenado prácticamente el millón de metros cuadrados de su polígono y prepara una gran ampliación.

En 2001, cuatro años antes de que en Asturias se constituyera la sociedad pública Zalia para impulsar un proyecto considerado entonces y ahora estratégico para la promoción económica de la región, el Ayuntamiento de Villadangos del Páramo y la Junta de Castilla y León daban los primeros pasos administrativos para convertir 200 hectáreas de suelo rústico en un área empresarial que con el tiempo se convertiría en el enclave más dinámico de la provincia. La posición geográfica de la localidad, cercana a la autovía A-66, a la autopista León-Astorga, al ferrocarril y al aeropuerto leonés, favoreció la pronta instalación de las primeras actividades, en particular el desembarco de Mercadona.

El gigante de los supermercados propiedad del valenciano Juan Roig eligió Villadangos para un centro logístico que ocupa unos 255.000 metros cuadrados -la cuarta parte del polígono, con una superficie industrial neta total de 1.066.344 metros cuadrados- y desde el que se sirve a las más de 140 tiendas que el grupo tiene en el Noroeste. La instalación del colosal almacén de Mercadona, con más de 800 empleos, puso a la localidad en el mapa del negocio de la distribución de mercancías. A ella se sumarían después un centro de Decathlon, con 180 puestos de trabajo, y un complejo de almacenaje y distribución del fabricante de cables eléctricos Miguélez, con unos 90 trabajadores. Otras empresas de transporte, entre ellas la asturiana Transmaraña, forman parte de la relación de actividades asentadas en un espacio que, como la Zalia en Asturias, nació también con vocación industrial.

La primera compañía fabril en anunciar su instalación en Villadangos fue el fabricante de aerogeneradores Vestas en 2005. Y la multinacional danesa fue también la primera en anunciar, en agosto de 2018, una deslocalización. El cierre de la planta, con 350 trabajadores directos, se amortiguó con la venta de las instalaciones al grupo acerero Network Steel Resources (NSR). Con la mediación del gobierno castellano-leonés y del Ministerio de Industria, está última compañía recaló con el compromiso de invertir a medio plazo 130 millones de euros para producir 520.000 toneladas anuales de acero galvanizado y crear más de un millar de puestos de trabajo directos e indirectos.

El desarrollo completo de ese proyecto está supeditado a la construcción, ya comprometida, de un ramal de ferrocarril desde una estación cercana hasta el polígono, para facilitar el transporte de bobinas de acero desde El Musel. La relativa proximidad de la dársena gijonesa y ese nuevo enlace ferroviario son dos de las piezas que está encajando León con otro objetivo: convertir Villadangos en un polo de la industria metalúrgica y competir con otros territorios por la localización de industrias transformadoras, ambición que también está en la génesis de la Zalia. Latem Aluminium, del grupo asturiano Asla y que negoció sin éxito su instalación en Mieres, ya forma parte del germen del polo leonés del metal con un centenar de empleos.

La autoridades de León acaban de confirmar que, entre las parcelas ya ocupadas y las reservas comprometidas, apenas queda suelo libre en Villadangos. Se ha activado por ello la maquinaria administrativa para urbanizar 200 hectáreas más de terreno. Presumiblemente, antes de que ese suelo esté disponible Asturias podría poner en el mercado los 700.000 metros cuadrados de la primera fase de la Zalia que están urbanizados y sin uso desde 2013. Siendo presidente del Principado Vicente Álvarez Areces, el espacio de San Andrés de los Tacones fue pensado como gran área industrial y logística "con conexiones multimodales": los puertos de Gijón y Avilés, la red de autovías y el ferrocarril. Una combinación de problemas propios y ajenos, entre ellos el impacto de la Gran Recesión (2008-2013) y el retraso de infraestructuras indispensables, echó por tierra la planificación inicial.

Hoy, como acaba de reflejar la Sindicatura de Cuentas tras fiscalizar la situación de la sociedad pública promotora -participada por el Principado, los ayuntamientos de Gijón y Avilés y las autoridades portuarias-, la comercialización del suelo permanece bloqueada, pendiente, por ejemplo, de que se instale una subestación eléctrica para suministrar a las parcelas.

Los problemas financieros y patrimoniales de la Zalia, con 112 millones de deuda y una recurrente pérdida de valor de los terrenos, añaden incertidumbres. Dificultades que ponen muy cuesta arriba la capacidad de ofertar precios que sean competitivos para atraer empresas. Máxime si se tiene en cuenta que lugares como Villadangos han vendido el terreno industrial a menos de 20 euros por metro. Aunque la Zalia no ha fijado precios aún, sirva como referencia que en el otro gran polígono que trata de impulsar Asturias, el de Bobes (Siero), la mejor oferta que publicita en su web el Instituto de Desarrollo Económico (Idepa) es de 105 euros.

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