La multinacional siderúrgica ArcelorMittal abrirá con carácter inmediato la negociaciones con los sindicatos tanto sobre el plan de viabilidad para la división de productos largos como sobre la reorganización de las tareas de mantenimiento. La pretensión del grupo es que ambas negociaciones hayan finalizado antes de que acabe este año. La empresa considera inaplazable ambas actuaciones, que entiende inevitables para -junto con las inversiones que se anunciaron el martes y que llevaban aparcadas desde 2019- reducir costes y mejorar la productividad y competitividad de las instalaciones asturianas.

La pretensión es que las plantas asturianas salgan de la situación de pérdidas en las que están incurriendo desde 2019 -la multinacional también lo está- y que mejoren su atractivo frente a otros centros productivos competidores de la propia ArcelorMittal a efectos de captar inversiones futuras que garanticen la continuidad del complejo fabril asturiano.

En el caso de los talleres de productos largos de Veriña (los más vulnerables en el contexto de dificultad que ya afrontaba el sector europeo del acero con anterioridad a la pandemia ), el grupo siderúrgico planteó un plan de ajuste en junio de 2009 que desde entonces se ha ido postergando.

No han trascendido aspectos concretos pero se sabe que el plan incluirá, entre otras medidas, la automatización de procesos, reorganización de personal y reconsideración de funciones. En junio de 2009 se había hablado de una posible reducción de 200 empleos de los 860 asociados entonces a esta división, pero ahora no se han precisado medidas de disminución de efectivos, a la espera de la concreción en detalle de la propuesta que se hará a la representación laboral.

En el caso de los trabajos de mantenimiento se planteará una propuesta para reformar las funciones, la descripción de puestos de trabajo, requerimientos para su desempeño, exigencia formativa, revisión de categorías, sistemas de promoción y otros aspectos. Arcelor ya está en contacto con las empresas auxiliares afectadas.

La mejora de la productividad se considera vital para garantizar el futuro del horno alto "A", que será reabierto a fines de este mes, con carácter en principio "temporal", tras seis meses de parada a resultas del covid. Está instalación, que tendrá que ser reactivada tras su apagado el pasado abril -los trabajos preparatorios comenzarán de inmediato-, tiene su futuro supeditado a que la multinacional acceda a acometer la costosa inversión de reconstrucción que precisará a fines de 2022 para seguir en activo toda vez que en esa fecha llegarán al final de su vida útil algunos de sus componentes.

Es factible que para entonces la disyuntiva entre reinvertir en él o no sea aún más exigente si para esa fecha ya se hubiese decidido introducir transformaciones en el proceso productivo para producir acero bajo en emisiones de carbono con cualquiera de las tecnologías que ahora están en proceso de ensayo y estudio en la multinacional.

En la reunión del pasado martes en La Granda (Gozón) entre la dirección de la compañía y los sindicatos, la empresa ya avanzó a la representación laboral que persistía "la delicada situación del negocio de largos" y la necesidad de acometer un plan de viabilidad para esta división junto con la revisión del área de mantenimiento para reducir costes fijos y variables. En el encuentro, ArcelorMittal expresó que, junto con la reapertura este mes del horno alto "A" y la ejecución de las inversiones estratégicas aplazadas desde 2019, "la compañía continuará con sus planes de mejora de la productividad y reducción de costes, ineludibles para poder asegurar la sostenibilidad de su planta en Asturias".

"Hay que meterse con ello ya. Estos meses serán cruciales", señaló una persona conocedora.