ArcelorMittal planteó ayer a los sindicatos un plan de mejora de productividad y competitividad de la división de productos largos (acería de Gijón y talleres de alambrón y de carril, y cuya situación se considera crítica) mediante automatización de tareas y de procesos, "optimización" de puestos de trabajo y mejoras de calidad, así como asunción con personal propio de algunas funciones que ahora realizan subcontratas. La compañía no precisó qué impacto tendrá estas medidas de reorganización en el empleo de una área de negocio que hoy ocupa a unas 800 personas en producción. La formulación concreta de las medidas de ajuste se explicarán a partir de la semana próxima taller por taller.

A su vez, y para dotar de personal al horno alto alto "A", que se reactivará tras seis meses de parada, la compañía pretende ajustar el personal asignado a instalaciones tanto de largos como de planos para generar excedentes que permitan trasvasarlos al horno y eximir al grupo de nuevas contrataciones cuando se produzca su puesta en marcha, en principio temporal.

Algún representante sindical cree que para lograr ese objetivo el grupo podría tratar de implantar el sistema de trabajo 3T4 (cuatro equipos a tres turnos) en vez del actual 3T5 (cinco equipos a tres turnos), lo que, de aplicarse en largos, podría suponer una amortización de unos 180 empleos, una cifra próxima a los 200 que se barajó en 2019 cuando la empresas planteó la necesidad de un plan de competitividad para garantizar la pervivencia de esta división. La compañía no avanzó sin embargo las fórmulas para ajustar empleo ni la cuantificación de puestos a amortizar para generar los excedentes de personal que permitan cubrir las necesidades productivas sin nuevas contrataciones. Al mismo fin de reducir costes y mejorar competitividad obedece la reactivación de inversiones aparcadas desde 2019 y un plan para revisar las funciones de mantenimiento con personal externo.

Sidenor, fabricante de aceros especiales aplicará a su vez un ERTE al 100% de su plantilla.