La reunión entre la dirección de ArcelorMittal y los sindicatos para negociar el ajuste que la multinacional pretende llevar a cabo en la acería de Gijón, y que incluiría la amortización de 23 puestos de trabajo, terminó ayer sin acuerdo, con las posturas muy enfrentadas, radicalmente alejadas, y con CC OO denunciando a la multinacional ante la Inspección de Trabajo por no darles información precisa sobre el estado de sus cuentas en Asturias.

El ajuste que pretende aplicar la multinacional entra dentro del llamado plan de largos cuyos tentáculos se extenderán sobre el resto de talleres de esa división, todos ellos en Gijón. Para hoy está prevista una reunión para negociar un posible recorte de empleo en alambrón, con la supresión de 21 puestos, y está pendiente otro encuentro para discutir también un tijeretazo en carril. La compañía insistió durante la reunión de ayer que estos recortes son necesarios para salvar esta división que atraviesa por una delicada situación. Los sindicatos no comparten esa visión. José Manuel García, de UGT, señaló que el plan de la siderúrgica contempla "saturar de trabajo" algunos puestos y reclama que se estudien otras propuestas. Mientras que José Manuel Castro, de CC OO, apuntó que "no vemos cuál es el objetivo, no sabemos adónde quieren llegar con los recortes".

Arcelor tiene previsto reactivar antes de que acabe este mes el horno alto "A", parado desde abril por culpa de la pandemia del coronavirus. Se considera como posible fecha de arranque este mismo viernes.