No dejar a nadie atrás. Ese es el eje central de la Agenda 2030 que, hace ya cinco años, aprobó la Asamblea General de Naciones Unidas. Ese acuerdo, suscrito por unanimidad de los 193 estados participantes, entre ellos España, incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que persiguen acabar con la pobreza y el hambre, reducir las desigualdades y abordar retos urgentes como el cambio climático.

Alcanzar una agenda tan ambiciosa exige la participación de todos y combinar el empuje de los gobiernos y el sector público, de las empresas, de los inversores y de la sociedad civil. Por primera vez, la ONU reconoce a las empresas como un agente fundamental para la consecución de sus objetivos globales: "La actividad empresarial, la inversión y la innovación privadas son los grandes motores de la productividad, del crecimiento económico inclusivo y de la creación de empleo. Exhortamos a todas las empresas a emplear la innovación y su creatividad, para resolver los problemas relacionados con el desarrollo sostenible", subrayaban desde el organismo internacional. Y Cepsa, compañía energética global adherida desde 2005 al Pacto Mundial de Naciones Unidas -la mayor iniciativa mundial en sostenibilidad- se sumó de inmediato al reto de trabajar para alinear su gestión corporativa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Este hecho, además de suponer un compromiso con el progreso social sostenible, ayuda a encontrar nuevas oportunidades de negocio, mejora la relación con los grupos de interés y promueve la innovación.

Identificación de ODS

El compromiso de Cepsa con los ODS se materializó, como primer paso, en la identificación de sus objetivos prioritarios dentro de la Agenda 2030 y la decisión por parte de la compañía de dirigir sus esfuerzos hacia aquellos más vinculados con su actividad y con sus grupos de interés. El siguiente paso ha sido ponerse manos a la obra y trazar las líneas estratégicas y acciones concretas que se han puesto en marcha para el logro de las metas vinculadas a estos ODS establecidos como prioritarios:

— Energía sostenible y no contaminante (ODS 7). Para contribuir a este objetivo, se han acometido distintas actuaciones para la mejora de la eficiencia de las operaciones de la compañía, como la instalación de paneles solares en en estaciones de servicio; el acuerdo con la red IONITY para la instalación de cargadores ultrarrápidos para vehículos eléctricos; la instalación, junto con Redexis, de estaciones de repostaje de GNC (gas natural comprimido) y GNL (gas natural licuado); o proyectos de eficiencia en refinerías y plantas químicas... Además, para aumentar la cuota de energías renovables en el mix energético de Cepsa, en 2019 se puso en marcha su primer parque eólico en Jerez de la Frontera (Cádiz), que produce la energía equivalente al consumo de 20.000 viviendas durante un año y, además, evitará la emisión de 32.000 toneladas al año de CO2.

— Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8). En el ámbito de las condiciones laborales que Cepsa ofrece a sus profesio- nales, destaca su apuesta por las medidas de conciliación, como el teletrabajo, ampliamente utilizado durante la crisis ocasionada por la COVID-19. Todo ello, dentro del empeño por proporcionar ambientes de trabajo seguros, aplicando programas de empresa saludable (PES) y el desarrollo de su Sistema de Gestión (SIGES). Además, la energética promueve el desarrollo local en las zonas en las que está presente con sus actividades: con planes de fomento de contratación local, proporcionando a las comunidades herramientas de empleabilidad fuera del sector energético; y desarrollando acciones formativas que aumenten la capacitación de las plantillas locales y mejoren la calidad de vida de las comunidades. Asimismo, Cepsa se preocupa por ser un lugar en el que la participación y el progreso igualitario de todos sus profesionales, con independencia de su condición personal, física o social, sea una realidad. Para ello, cuenta con un programa específico de Diversidad e Inclusión.

— Industria, innovación e infraestructura (ODS 9). Mediante la adopción de nuevas tecnologías digitales (como Max, el asistente virtual para los profesionales de Cepsa) o de la Industria 4.0 (como el proyecto Diesel Challenge, orientado al mayor aprovechamiento de subproductos; o el programa Real Time Optimization, cuyo objetivo es incrementar la capacidad productiva y la eficiencia energética a través de la inteligencia artificial y los simuladores). Gracias a ello, la compañía logra ser más eficiente en los procesos productivos y, de este modo, reducir el impacto de sus operaciones.

— Producción y consumo responsable (ODS 12).

Cepsa se esfuerza por mejorar de manera continua sus procesos productivos, promoviendo la sostenibilidad en el ciclo de vida de sus productos, con acciones como la producción de fenol a partir de benceno de residuos forestales. Este interés por fomentar la sostenibilidad ha recibido reconocimientos como el Certificado de Declaración Ambiental de Producto (EPD) con el que cuenta su línea de negocio de LAB (materia prima para la fabricación de detergentes biodegradables). También se promueve la sostenibilidad de la cadena de suministro, por medio de la realización de acciones formativas para proveedores y de evaluaciones de su desempeño bajo indicadores ambientales, sociales y de gobernanza. Otro de sus empeños es la promoción de la gestión sostenible de los recursos naturales, como muestra su adhesión al Pacto por la Economía Circular y al grupo de trabajo sobre Capital Natural y Energía en España.

— Acción por el clima (ODS 13).

Dentro de la continua apuesta de la compañía por reducir el impacto de su actividad, actualmente está definiendo una estrategia de carbono que le permitirá establecer una hoja de ruta hacia un modelo bajo en carbono, gracias a un objetivo de reducción de CO2 y de intensidad de emisiones a largo plazo, contribuyendo de esta manera a la acción por el clima

— Paz, justicia e instituciones sólidas (ODS 16).

Cepsa se convirtió en 2018 en la única compañía del sector de la energía en España y en una de las primeras a nivel internacional, en obtener la certificación ISO 37001 por sus medidas antisoborno. Es solo un ejemplo del compromiso con las mejores prácticas de ética y cumplimiento, encaminadas a prevenir la corrupción y el soborno en todas sus formas y promover la transparencia y el diálogo con proveedores, empleados y otros colectivos.