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Emprendedores sin miedo al virus

"Esto no va a durar siempre", aseguran los autónomos asturianos que en plena pandemia se lanzaron a ampliar y modernizar sus negocios

Paula Pichel y Carmen Mozo, en su camping de Tapia. T. C

Hay empresarios a los que ni una pandemia mundial les quita las ganas de emprender, de seguir adelante con sus negocios e incluso de ampliarlos. Santiago Méndez, Diego Javita, Berto Díaz y Carmen Mozo son buenos ejemplos de asturianos que han decidido despegar contra el viento y marea del coronavirus, hacer crecer sus empresas en un contexto de adversidad. Todos ellos, además de agallas, comparten mensaje: "Esto no va a durar siempre".

El ovetense Santiago Méndez es zapatero, "de los de toda la vida". De hecho, entró como aprendiz en un establecimiento de La Felguera "casi sin cobrar" y allí descubrió un oficio que marcaría su vida. Cuando se vio preparado se trasladó a Oviedo, en concreto, al barrio de La Corredoria. "Entendí que era el momento de empezar algo mío, aunque estoy muy agradecido a mi maestro".

Seis años después dio otro paso, se movió a un pequeño local en la céntrica calle González Besada, más cerca de donde reside. El paso más sorprendente llegó en marzo de este año, cuando el covid-19 ya era una amenaza muy cercana: "Me decidí a comprar un local más grande en la misma calle, un poco más arriba, justo al lado de la plaza Castilla. Es verdad que son tiempos de incertidumbre, pero los clientes son más amigos que clientes y confío en que saldrá adelante", relata en la misma semana en la que por fin ha podido inaugurarlo, "con buena respuesta. Incluso gente que sigue subiendo de La Corredoria".

En la misma capital del Principado, otro valiente se animó a abrir un nuevo local, a ampliar su negocio. Se trata de Diego Javita, natural de Cangas del Narcea que, a su sidrería original, acaba de sumar un pequeño restaurante, El Bosque de Javita. "Tenía todo preparado ya antes de la pandemia, después con el estado de alarma todo se retrasó", relata.

El hostelero reconoce que lo pasó mal por no saber "cómo iba a responder la gente después de todo esto". De hecho, optó por abrir la sidrería y esperar unas semanas a inaugurar el restaurante. Finalmente lo hizo, manteniéndose fiel a su filosofía: "Hace falta gente que emprenda, que abra negocios y cree puestos de trabajo", recalca.

Vista la respuesta de la clientela, "bastante positiva, especialmente en los meses de verano", es optimista sobre la posibilidad de seguir creciendo: "Me gustaría tener más trabajadores e incluso abrir más locales, siempre que tenga ideas como esta, de hacer un sitio diferente a todo lo que encuentras en Oviedo".

La innovación, aunque sea en sectores tradicionales, es un factor que motiva tanto a Javita como al poleso Berto Díaz y a su socia, Tania López. Ellos se describen como "románticos y locos", pero hablan de una "incertidumbre diaria y permanente". También se dedican a la hostelería y acaban de abrir su tercer local, "aunque uno lo tenemos cerrado por decreto, ya que es de ocio nocturno". La idea que les comenzó a rondar la cabeza meses antes de la pandemia era "mezclar una cafetería, con una oferta gastronómica muy particular, y una vida nocturna de locura y desmadre". De nombre, La loca del moño. Con la obra en marcha llegó el confinamiento y la vuelta fue complicada: "Las indicaciones cambian cada día, está claro que las decisiones que se toman no se consultan con ningún profesional del sector", critican.

A pesar de todo, se decidieron a abrir y se muestran moderadamente contentos. Deseosos de poder completar su idea y ampliar la nómina de trabajadores, pasando de los 12 actuales a 18.

Alguno menos -ocho- llegó a tener este verano la ovetense Carmen Mozo, en el camping que abrió en Tapia. Una oportunidad de negocio que también le surgió antes del virus y con la que se decidió a continuar. "Todo se retrasó, pero con toda la maquinaria ya en marcha, no nos ha quedado otra que seguir adelante y, la verdad, que el verano ha sido bueno". Tanto, que ya piensa en introducir mejoras en el lugar, "barbacoas, piscinas y mobilhomes", para dar un impulso de cara a la temporada de Semana Santa. Ella es otro ejemplo de éxito en el emprendimiento, "a pesar de la que está cayendo".

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