La exoneración del ex vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato por el desastre de Bankia tras su salida a Bolsa puede acercar al exdirigente de la entidad al tercer grado penitenciario.

Rato, que ya ha cumplido la cuarta parte de la pena impuesta (fue condenado a cuatro años y seis meses de cárcel, en la que ingresó el 31 de octubre de 2018), es el único de los 64 condenados por el escándalo de los gastos privados con cargo a Bankia y Caja Madrid con tarjetas de crédito ocultas al fisco que sigue en prisión. Hasta ahora solo ha disfrutado de varios permisos temporales breves.

La solicitud cursada por el reo y sus letrados para acceder a la semilibertad, dado que ya lleva casi dos años entre rejas, le fue denegada meses atrás porque estaba pendiente una posible condena elevada por la salida de Bankia a Bolsa.

Absuelto ahora por la Audiencia Nacional en este segundo caso, Rato podría cursar en fecha próxima una nueva petición en el mismo sentido.

Sin embargo, el ex director general del FMI tiene otra causa judicial pendiente, vinculada a las acusaciones por supuesto fraude fiscal y blanqueo de capitales con su patrimonio personal y familiar, y por el supuesto lucro obtenido merced a contrataciones realizadas por algunas de sus sociedades por antiguas empresas públicas privatizadas por Rato siendo ministro y por los gestores que él puso al frente de esas sociedades antes de su venta y que en muchas casos continuaron en el cargo.