La patronal asturiana FADE pidió ayer más mano dura a las administraciones para atajar los ataques contra autobuses que se vienen produciendo desde que la CSI (Corriente Sindical de Izquierda) convocó, de manera unilateral, una huelga indefinida en la empresa Alsa. La FADE instó a "las autoridades políticas asturianas, por tener competencias en materia de transporte público de viajeros, y a las del Estado, por ser competentes en materia de seguridad, a que empleen la máxima diligencia en resolver esta violencia, por ser un problema de seguridad grave para la actividad económica y ciudadana, y por ser una nefasta imagen para atraer inversiones y viajeros, en un momento de extrema complejidad económica y laboral para Asturias y para todo el país".

El Gobierno asturiano también condenó los ataques. Lo hizo a través del viceconsejero de Infraestructuras y Movilidad, Jorge García, que señaló que el Principado "respeta cualquier reivindicación salarial y el derecho a la huelga. Unos derechos legítimos que, sin embargo, quedan en entredicho cuando se menoscaba el de la seguridad, tanto de los pasajeros de los autobuses que están sufriendo ataques -máxime si se trata de escolares- como del resto de vehículos que circulan por vías en las que se han registrado acciones violentas".

El refuerzo de seguridad que está llevando a cabo la Policía y la Guardia Civil está surtiendo efecto, y ayer solo se registró un nuevo asalto. Fue a un autobús de Alsa que cubría la ruta entre Oviedo y Avilés. En total, desde el jueves pasado han sido atacados 54 buses, tanto de Alsa como de empresas colaboradoras.