ArcelorMittal anunció ayer el cierre definitivo del horno alto y de la acería que tiene en Cracovia, al sur de Polonia, como consecuencia de la crisis del coronavirus que ha provocado una fuerte caída de la demanda en el sector europeo del acero. La propia multinacional justificó la clausura asegurando que los indicadores no señalan que se vaya a producir una recuperación rápida del mercado. "La pandemia ha tenido unas consecuencias sin precedentes para la industria europea del acero y, aunque la demanda se haya recuperado durante estas últimas semanas, sigue considerablemente por debajo de los niveles de antes del coronavirus; esto supone que tenemos que tomar algunas decisiones difíciles", aseguró Sanjay Samaddar, directivo de la siderúrgica en Polonia. Un aviso para navegantes.

Aunque Arcelor sostiene que la pandemia solo ha sido la gota que ha colmado el vaso. A llenarlo también habría contribuido la falta de medidas efectivas por parte de la Comisión Europea para frenar la llegada de acero barato desde otros países, a lo que se añaden los elevados costes de la energía. La siderúrgica señala que el efecto combinado de estos factores está provocando la marcha de productores de acero de Europa hacia otros lugares del mundo en busca de regulaciones ambientales y precios energéticos más bajos.

El caso es que tanto el horno alto como la acería polaca llevaban parados desde noviembre de 2019, mucho antes de que estallara la crisis del coronavirus. La mayoría del personal ya había sido recolocado en otras plantas del país y otra parte había sido regulada de forma temporal, con lo que el impacto sobre el empleo será exiguo, si bien la multinacional no dio cifras del alcance del posible recorte de empleo. "Trabajaremos de cerca con los sindicatos para definir la mejor solución posible para aquellos empleados que se puedan ver afectados por esta decisión", señaló Samaddar.

Arcelor cerrará la producción de acero en la planta, pero dejará abiertos algunos talleres. Como, por ejemplo, las baterías de coque de Cracovia, que son las que están surtiendo a las factorías asturianas mientras se finalizan las obras de reconstrucción de las que se están levantando en Veriña (Gijón). También mantendrá operativa una línea de galvanizado y la de pintura, muy similar a la que la multinacional cerró hace unos años en Avilés.

Sin embargo, Arcelor concentrará la producción de acero en aquel país en la vecina Dabrowa Gornicza, donde tiene dos hornos altos. En esa planta, al contrario de lo que ocurrirá en Cracovia, la multinacional está haciendo una importante inversión -de 180 millones de euros- para producir acero de mayor calidad.