El Gobierno quiere que las centrales de carbón sigan dando respaldo a la generación eléctrica con renovables, pero sin quemar mineral. El Ministerio para la Transición Ecológica sacó ayer a información pública la "Estrategia de Almacenamiento Energético" y en ella se incluyen medidas como promover que instalaciones de centrales de carbón en desuso y sus nudos de conexión se reconviertan en almacenes energéticos.

"España es una isla energética, y por ello necesita contar con tecnologías que proporcionen flexibilidad al sistema, como el almacenamiento, esencial para garantizar la seguridad de suministro, incrementar la competitividad y garantizar precios bajos", explicó la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Para disponer de unos 20 GW de almacenamiento en 2030 y alcanzar los 30 GW en 2050, el Gobierno ha diseñado una estrategia que recoge, entre otras medidas, "promover la realización de proyectos de almacenamiento en las zonas de Transición Justa, aprovechando los recursos endógenos del territorio". Esas zonas son, de momento, las afectadas por el cierre de las minas de carbón y las centrales térmicas que lo quemaban, y el Ministerio plantea aprovechar los emplazamientos de esas antiguas instalaciones de generación (en Asturias han dejado de producir las centrales de Lada, Narcea y Soto de Ribera) para crear almacenes energéticos.

La Fundación Ciudad de la Energía-CIUDEN, con sede en Ponferrada, impulsará iniciativas de I+D+i en almacenamiento en zonas de Transición Justa para actuar "de palanca tecnológica" y favorecer "la reconversión de instalaciones energéticas en desuso anteriormente vinculadas a la generación térmica con carbón". El documento del Gobierno destaca que estas iniciativas se podrían financiar con los fondos europeos del Mecanismo de Transición Justa y reducirían el impacto socioeconómico de los cierres vinculados al carbón.

En Asturias, EDP ya ha planteado convertir la central de Soto de Ribera en un almacén energético.