El verano fue un bálsamo siquiera coyuntural para el mercado laboral asturiano, como ayer reafirmaron los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA). En medio de la recesión económica asociada al covid-19, el paro se contuvo gracias a la contratación temporal de la campaña de verano y en particular por un intenso aumento observado en el empleo público en el último año. La región, previenen los agentes sociales, se adentra ahora en un tramo final de 2020 "complicado", "crítico" y "sombrío" para el mundo del trabajo ante la evolución de la segunda ola de la pandemia y el impacto en la actividad económica de las nuevas restricciones para combatirla.
La EPA correspondiente al tercer trimestre del año aporta datos como los que se exponen en los siguientes puntos y que, como ha advertido el Instituto Nacional de Estadística (INE), deben ser considerados con cautela ante las nuevas situaciones laborales que ha generado la actual crisis (trabajadores acogidos a expedientes de regulación temporal de empleo que permanecieron en sus casas pero que en la EPA cuentan como ocupados o parados que durante los meses de confinamiento dejaron de ser reconocidos como tales ante la imposibilidad física de buscar trabajo de manera activa).
El Gobierno asturiano puso ayer el foco sobre el hecho de que la región fue la única que en el tercer trimestre consiguió tener menos paro que a la misma altura de 2019. El desempleo afectó entre julio y septiembre a una media de 62.800 personas, 2.300 menos que durante el verano del pasado año. Es algo que coincidió a la vez que se perdían en el mismo tiempo 5.300 puestos de trabajo. ¿Cómo es posible que baje el paro a la vez que se destruye empleo? La explicación técnica está en el retroceso de la llamada población activa: hubo menos ocupados y también menos individuos buscando trabajo, fuera por desánimo (ausencia de oportunidades) o como consecuencia de jubilaciones sin relevo.
Sobre el papel, los resultados asturianos del desempleo mejoraron de forma diáfana los nacionales: el paro regional retrocedió el 3,51% interanual, mientras en España aumentó el 15,8% (hasta los 3,722 millones de desempleados); de un trimestre para otro, el número de parados permaneció casi estable en Asturias (crecimiento del 0,2%) y avanzó con fuerza en el país (10,5%).
Los números de la EPA sobre las personas que tenían trabajo en 2019 y las que lo tienen un año después permiten una aproximación verosímil a los daños laborales que por ahora ha provocado la crisis del coronavirus. La factura que había pasado a la altura del verano suponía la pérdida de 697.500 ocupados en España, de ellos 5.300 en Asturias. Este último dato equivale a la destrucción en doce meses del 1,36% del empleo, el tercer balance más moderado entre las comunidades autónomas (únicamente peor que los de Murcia y el País Vasco).
A esa contención habrá contribuido el dinamismo del sector turístico asturiano, que en un verano atípico por el covid cosechó mejores resultados que la mayoría de regiones, aunque la EPA apunta también en otra dirección: el empleo del sector público (trabajadores de la Administración o de empresas vinculadas a ella) ha crecido desde 2019 en 5.800 personas, atenuando el recorte de 11.100 ocupados registrado en el tejido productivo privado. La expansión de la plantilla del Principado, que ha superado por primera vez los 40.000 trabajadores, concuerda con la tendencia que parece reflejar la encuesta del Instituto de Estadística.
Los datos de ese trabajo demoscópico llegan hasta septiembre, antes de que arreciara la segunda ola del coronavirus. En ella pusieron el acento ayer la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y los sindicatos UGT y CC OO. "Dada la nueva restricción de movimientos de la población en Asturias y el posible efecto que tendrá sobre el tejido empresarial, es muy posible que se compliquen los datos del paro en este último trimestre", previno la patronal, y demandó mayor "flexibilizar" los ERTE y "extender su duración". "En estos momentos tan críticos, la prioridad pasa por controlar el virus, de otra forma no podremos impulsar la economía y el empleo", subrayó UGT, y llamó a los partidos a un acuerdo presupuestario para combatir la pandemia y encauzar la recuperación. CC OO lo ve así: "Las perspectivas para los próximos meses son verdaderamente sombrías"
