La unión del Sabadell (en Asturias, Sabadell Herrero) y BBVA, dos bancos con gran arraigo en la comunidad, suma en la región 942 empleos y 142 oficinas. El grupo resultante de una eventual fusión disputaría el liderazgo bancario por ambos parámetros a Liberbank (ahora en conversaciones de fusión con Unicaja), que cuenta con 105 oficinas y 650 trabajadores, y a la red de Caja Rural de Asturias, con 115 sucursales y 428 empleados. Sabadell Herrero y BBVA representarían conjuntamente una cuota en Asturias del 36% por número de oficinas.
La integración conllevaría sin embargo una probable reducción posterior del tamaño resultante debido a la supresión de duplicidades en la red comercial, en la habitual búsqueda de sinergias y reducciones de costes operativos consustancial a todas las operaciones bancarias semejantes para mejorar la rentabilidad y los márgenes de la entidad resultante.
Por consiguiente, y hasta tanto no se conozcan los planes de ajuste de red comercial y empleo que pudieran plantear los dos bancos si finalmente materializan su integración, es difícil determinar la situación resultante en el mercado asturiano. Esta incertidumbre es menor en el caso de la eventual unión de Unicaja y Liberbank, toda vez que, sin perjuicio de que pudiera llegar a haber nuevas reducciones de capacidad, las entidades involucradas en la negociación carecen de redundancias de red comercial en Asturias.
Asturias sería un terreno sensible a posibles ajustes por la relevante posición de Sabadell y BBVA en la comunidad por razones históricas, aunque no tanto como en Cataluña, feudo del primero de los bancos y donde el BBVA ha absorbido desde la crisis financiera de 2012 a seis antiguas cajas de ahorros catalanas: Caixa Sabadell, Caixa Cataluña, Terrasa, Manlleu, Tarragona y Manresa.
El BBVA aportaría el 67% de los activos de la futura entidad en España y el 76,5% en el conjunto de las operaciones de ambos grupos en diversos países, el 83,84% de los empleados del grupo en el mundo y el 77% de las oficinas que ambos bancos tienen en España y el extranjero. En términos bursátiles, BBVA cerró ayer, tras una remontada del 15,25%, con un valor de 24.391,13 millones de euros, mientras que el Sabadell culminó la sesión, tras una rauda revaloración del 24,59%, con una capitalización de 2.357,69 millones. Con los precios de ayer, el BBVA aportaría el 91,18% del valor en el parqué de la futura entidad y Sabadell, el 8,81%. El orden de estas proporciones se invierten en Asturias, donde el Sabadell-Herrero aportaría el 62,2% del empleo y el 63% de la plantilla conjunta de las dos organizaciones en la región.
La nueva oleada de fusiones, iniciada en septiembre con el proyecto de Caixa Bank y Bankia –ya aprobado por sus respectivas juntas generales de accionistas–, aboca a un nuevo gran vuelco en el negocio bancario español tras los terremotos de los años 80 y 90 y el ciclón que se desencadenó en 2012.
El anuncio de Sabadell y BBVA abre además la expectativa de más movimientos, incluido del Santander, otro banco con gran implantación en la región tras integrar en los años 90 a Banesto e Hispano-Central.
Presión para Unicaja-Liberbank
El anuncio de BBVA y Sabadell mete presión al resto de los operadores porque los bancos aprovechan sus integraciones para reducir costes operacionales, lo que les permite competir con ventaja en un mercado extremadamente difícil por la diabólica combinación de tipos de interés nulos o negativos, baja demanda de crédito por la crisis y riesgo de que se dispare la morosidad si la adversa situación económica perdura. Esta presión se produce en plena negociación de la posible fusión de Liberbank y Unicaja, y ocurre en días críticos para que los bancos andaluz y asturiano decidan seguir adelante o renunciar como hicieron en 2019. Es previsible que el anuncio de BBVA y Sabadell contribuya más al acuerdo entre Unicaja y Liberbank que a la ruptura. Si se consuma esta fusión y la de BBVA y Sabadell, la unión de Liberbank y Unicaja ya no sería el quinto banco español sino el cuarto por volumen de activos.
