La aerolínea británica EasyJet cerró su año fiscal con unas pérdidas de 1.421 millones de euros, frente e los 480 millones que había ganado un año antes. Son los primeros números rojos que registra la compañía de bajo coste (“low cost”) en sus 25 años de historia. No obstante, la aerolínea comienza a ver ya algunos brotes verdes. Por ejemplo, prevé abrir sus bases temporales de Málaga y Faro (Portugal) en verano y confía en que la recuperación de las ventas llegue ya durante la Semana Santa. El consejero delegado de easyJet, Johan Lundgren, señaló que los clientes "quieren volar" y la demanda subyacente es fuerte, tal y como evidencia el aumento del 900% en ventas durante los días en los que se eliminó la cuarentena en Islas Canarias en octubre.