Belarmino Feito, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), comparó ayer los fondos europeos para la reconstrucción de la economía tras la crisis del covid-19 con una carrera de fondo con muchos participantes en la que es necesario que la región esté bien posicionada desde ya. “Nuestro éxito en la captación de los fondos dependerá de nuestra capacidad para adelantarnos”, señaló. Es más, aseguró que estas ayudas –que, como pronto, comenzarán a llegar en marzo del año que viene– pueden ser la última oportunidad para “el progreso” y la “reindustrialización” del Principado.

Aunque los empresarios advirtieron de que esta puede ser también una carrera de obstáculos, ya que, según sostuvo Luis Socías, jefe de la oficina técnica de apoyo para proyectos europeos de la CEOE, la burocracia puede ejercer de freno para la puesta en marcha de estos proyectos, debido a que buena parte del reparto del dinero dependerá de subvenciones o licitaciones. La patronal nacional ha transmitido esa inquietud al Gobierno, y, dijo Socías, el Ejecutivo está preparando un decreto, que está previsto que apruebe antes de final de año, en el que se recogerán medidas específicas para agilizar los trámites.

Las valoraciones las realizaron durante unas jornadas virtuales organizadas por la FADE y Caja Rural de Asturias –con el respaldo de la CEOE y la consultora EY– y en la que se analizó el impacto que puede tener el fondo de reestructuración europeo del que España se llevará un buen pellizco, unos 140.000 millones de euros, para una región como Asturias. Socías también aseguró que las directrices europeas que guían el plan de recuperación pueden beneficiar a la región. Puso como ejemplos el caso de la bolsa de dinero específicamente destinada a los territorios más afectados por la transición energética o las partidas orientadas a combatir el declive demográfico y el envejecimiento de la población.

Los empresarios aseguran que es hora de ponerse el mono de trabajo y presentar proyectos que puedan encajar con los objetivos europeos de descarbonización y de transición hacia una actividad económica más digital. Feito puso el acento en la necesidad de que las ayudas lleguen rápido y en fomentar la colaboración público-privada. Mientras que Antonio Romero, director general de Caja Rural, aseguró que tiene “plena confianza en una recuperación rápida de la economía”. Mario Carabaño, de EY, dijo que es necesario presentar ya proyectos concretos.