El Pleno del Congreso aprobó ayer las nuevas recomendaciones del Pacto de Toledo, tras cuatro años de negociación repartidos en tres legislaturas. Su contenido deberá ser la guía de la futura reforma de las pensiones.

Las recomendaciones fueron aprobadas con los votos del PSOE, el PP, Unidas Podemos, Junts, el PNV, Más País-Equo, UPN, Compromís, Nueva Canarias, Coalición Canaria, el PRC y Teruel Existe. Sólo votaron en contra los dos diputados anticapitalistas de la CUP, mientras que Vox, Esquerra Republicana, EH-Bildu, Foro Asturias y el BNG decidieron abstenerse.

El acuerdo en el Pacto de Toledo pone fin a un camino iniciado en otoño de 2016, hace dos legislaturas, cuando bajo la presidencia de la popular Celia Villalobos en la Comisión el Congreso inició el proceso para renovar las recomendaciones hacia una nueva reforma de pensiones que garantizara la sostenibilidad del sistema.

Entre sus recomendaciones, el Pacto de Toledo aboga porque el Estado aporte más dinero para financiar las pensiones. Propone que se financien con impuestos los calificados como “gastos impropios”, como las facturas de las prestaciones por nacimiento de hijos. También se abre la puerta para que los trabajadores se jubilen más tarde y se llama a impulsar el ahorro privado.