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La crisis recorta un 21% el negocio del metal asturiano, que contiene el empleo

Femetal pide un plan de inversiones especial para las electrointensivas | FADE asegura que la industria regional es “limpia”, pero “poco digital”

Uno de los dos hornos altos de Arcelor en Veriña. Ángel González

El presidente de la patronal del potente sector asturiano del metal, Femetal, Guillermo Ulacia, puso ayer cifras al fuerte impacto que la crisis del coronavirus había tenido sobre la actividad de estas compañías. Su cifra de negocio cayó 19% durante los nueve primeros meses del año. Un golpe importante. Lo que aguantó mejor fue el empleo, gracias, matizó, a la aplicación de expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE) que frenó lo que podía haber sido toda una sangría. La ocupación descendió en un porcentaje muy por debajo de lo que lo hizo el negocio, Solo cayó un 9,7%. Ante este panorama, Ulacia pidió que las jugosas ayudas del plan de reconstrucción europeo beneficien a las empresas del sector que se estén viendo ya afectadas por el impacto de la transición energética. Es más, reclamó también un plan específico de ayuda para las cuatro grandes consumidoras de energía en Asturias –ArcelorMittal, Asturiana de Zinc, Alu Ibérica y Saint Gobain– a la vista de que el estatuto para las electrointensivas que prepara el Gobierno no va a suponer una rebaja demasiado importante en su factura de la luz, agregó.

Las reflexiones las realizó durante la presentación de la llamada alianza europea de clústeres en la que participa el sector asturiano y que reivindica que estos organismos actúen como mediadores para la gestión de los ingentes fondos europeos que repartirá Bruselas. Femetal tiene su propio clúster, bautizado como MetaIndustry4.0, desde el que administra un buen número de proyectos ligados con el I+D+i del sector. “Hay preocupación porque falta concreción sobre cómo será el acceso a los fondos europeos, los clústeres queremos ser agentes de intermediación”, señaló Antonio Novo, presidente de la alianza europea de clústeres.

Ulacia reconoció que en el sector hay preocupación sobre cómo va a ser la gestión de ese dinero que llegará desde Bruselas. Y, además, abogó por prolongar las medidas públicas para sostener la situación financiera de las empresas y proteger los niveles de empleo –como los ERTE o los préstamos ICO– que, señaló, “han sido útiles en el corto plazo, pero que ahora se necesita adaptarlas a la nueva fase de la pandemia dado el elevado nivel de incertidumbre. Es imperativo seguir apoyando la mejora de la competitividad y productividad de las empresas con rapidez y precisión”.

Ahora Bruselas le ha puesto deberes al sector. Tiene que ser más verde, más digital, más competitivo, y más sostenible. Para conseguir ese objetivo Ulacia aseguró que será imprescindible aprovechar al máximo los fondos europeos de reconstrucción. “Estamos trabajando al máximo nivel para ver cómo nos vamos a organizar”, señaló Ulacia. También considera esencial que haya un trato especial a las electrointensivas asturianas, más después de que –hace meses– el borrador del estatuto para las empresas electrointensivas dejara poco espacio para una rebaja de la factura de la luz de estos grandes consumidores. Con lo que reclamó un plan de inversiones específico en estas compañías.

Lo que no ve con buenos ojos Guillermo Ulacia es la enmienda a los Presupuestos del Estado que ha registrado el PNV para que el País Vasco forme parte de los órganos de gestión de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y, de esta forma, poder tener voz y voto sobre el fondo de rescate para empresas en crisis al que aspira Duro Felguera.

Por su parte, el presidente de la patronal asturiana FADE, Belarmino Feito, aseguró, durante una mesa redonda de la Semana Impulso TIC, que organiza el Colegio Oficial de Graduados en Ingeniería Informática e Ingenieros Técnicos en Informática (CITIPA) y el Colegio de Ingenieros en Informática (COIIPA), que “la industria asturiana piensa en verde, pero aún tiene mucho camino por recorrer, porque está poco digitalizada y tiene escasa capacidad de resiliencia”. Argumentó que la mayoría de las empresas asturianas pueden ser calificadas como “limpias” y puso el acento en que “la industria del futuro será aquella que incorpore capacidades y tecnologías emergentes en nuevos procesos y productos, y apueste por la incorporación de inteligencia artificial en medios y sistemas de manufacturas.

  • Producción La producción de la industria del metal se redujo un 21,35% durante los primeros nueve meses del año debido al fuerte impacto de la crisis derivada del coronavirus.
  • Cifra de negocio Lógicamente si la producción de la industria del metal cayó, su cifra de negocio también fue a la baja, y de una forma bastante homogénea. Retrocedió un 19% hasta septiembre.
  • Empleo El empleo del metal no bajó con la misma intensidad que lo hizo la producción y la cifra de negocio del sector, gracias a la aplicación de los ERTE. La ocupación sufrió un bajón del 9,7%.

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