El Gobierno de Asturias apeló ayer a la “responsabilidad” y al “diálogo social” para que la dirección de ArcelorMittal y los sindicatos lleguen a un acuerdo que permita salvar la acería de Gijón y, por extensión, los talleres de largos que la siderúrgica tiene en la región, es decir, el tren de carril y el de alambrón. La valoración llega después de que las negociaciones para intentar pactar un ajuste de 23 empleos –mediante amortizaciones– saltaran por los aires y acabaran con la convocatoria de unos paros indefinidos por parte de los sindicatos CC OO y la CSI que comenzarán el próximo jueves.

El Principado manifestó su “preocupación por la evolución” de la negociación laboral y por el consecuente anuncio de la convocatoria de paros y movilizaciones. Sin embargo, UGT, el sindicato mayoritario en el comité de empresa de la multinacional en la región, ya ha avanzado su intención de no respaldar las protestas.

“Consideramos que no es el momento adecuado para tomar este tipo de medidas”, señaló el Gobierno regional. Y añadió: “La realidad en el sector del acero en Europa, agravada por la pandemia del coronavirus, así como las dificultades específicas de ArcelorMittal, con diferentes factorías en países de la Unión Europea, no aconsejan en absoluto la convocatoria de paros o huelgas, dado que podrían tener consecuencias negativas irreversibles”. La siderúrgica ya ha amenazado con que, si no se llega a un acuerdo para recortar la plantilla del taller, que da empleo a más de 300 personas, la acería de Gijón estará condenada al cierre. Su caída arrastraría también a toda la división de largos –al carril y al alambrón– más, probablemente, a uno de los hornos altos de Gijón y al parque de carbones de Aboño.

El Principado espera que el pacto sea posible. “Confiamos con carácter general en la madurez y responsabilidad de las partes, dirección y sindicatos, para alcanzar los acuerdos que garanticen el futuro y la viabilidad de las plantas asturianas”, resaltó el Ejecutivo.

Por su parte, UGT manifestó su intención de prolongar las negociaciones con la multinacional e intentar llegar a un preacuerdo satisfactorio para todas las partes. Así lo acordó el sindicato después de celebrar una asamblea con sus afiliados.

“Vamos a negociar hasta el último minuto para intentar buscar un acuerdo y, si es posible, ratificarlo en una nueva asamblea de afiliados”, aseguró el portavoz de los ugetistas, José Manuel García.

Sin embargo, entre CC OO, uno de los sindicatos convocantes de las protestas, las palabras del Principado pidiendo “responsabilidad” no sentaron nada bien. La Federación de Industria de la central calificó de “desafortunadas” las valoraciones del Ejecutivo y aseguró que muestran un “evidente desconocimiento por parte de la Administración regional de la realidad de la región”.

Es más, señala que “es especialmente preocupante que desde el Gobierno regional se caiga en la tentación de pretender justificar las supuestas consecuencias negativas irreversibles que pueda tener intención de adoptar la compañía por el mero hecho de que los trabajadores inicien movilizaciones legítimas”.

Comisiones considera que detrás de los ajustes está la mala gestión que la siderúrgica ha hecho de las multimillonarias inversiones realizadas para modernizar sus talleres de la región, algunas de las cuales no han tenido el éxito que se esperaba. Damián Manzano, secretario general de la Federación de Industria de CC OO, cargó del lado de la empresa toda la responsabilidad porque “ha sido incapaz de gestionar las inversiones llevadas a cabo y ahora trata de cargarlo todo sobre las espaldas de los trabajadores”.

La acería de Gijón tiene una importancia capital en el entramado de talleres que Arcelor tiene en Asturias. Es capaz de producir 900.000 toneladas al año y suministra palanquilla (un tipo de acero largo) al tren de carril, una de las instalaciones que mejor cartera de pedidos tiene y que ha sorteado con holgura el impacto de la pandemia, y abastece “blooms” (otro tipo de acero) al tren de alambrón, que sí que ha sufrido más problemas por culpa del coronavirus.