La ovetense figuraba como administradora de una empresa de un familiar, aunque no ejercía como tal. La compañía, ligada a la construcción, se vio envuelta en problemas y los bancos acudieron a su puerta a reclamar el dinero. Eran dos créditos con dos entidades diferentes que reclamaban dos deudas: una de solo 226,8 euros y otra enorme, de 1.191.304 euros. El abogado que ejerció como representante de la afectada, Lucas Outeiral Vega, del despacho Insolvenia, explica que “en menos de cinco meses conseguimos librarla de esas deudas, que había adquirido como avalista hace más de diez años”.
"En menos de cinco meses conseguimos librarla de esas deudas, que había adquirido como avalista hace más de diez años”
Lucas Outeiral - Abogado
Para llegar a la exoneración de las deudas tuvo que pasar por un proceso judicial que empezó con el nombramiento de un administrador concursal que evaluó los bienes que tenía, así como el dinero ahorrado, y ver si con todo daba para cubrir la deuda. No daba. Se quedaba muy lejos. También dio buenas referencias al juez sobre la disposición de la autónoma para solucionar el embrollo. El magistrado señala en su resolución que en este caso “se daban los requisitos establecidos legalmente para poder exonerar” a la deudora. “Si se cumplen determinados requisitos, la ley de Segunda Oportunidad permite llegar a acuerdos de pago muy ventajosos e incluso poder liberarse de todas las deudas”, apunta el abogado. También para librarse de las listas de morosos.
Así fue el caso
Deuda
Los bancos pedían a una autónoma de Oviedo una deuda de 1,2 millones ya que había figurado como avalista de una empresa.
El juicio.
El juez exoneró a la ovetense de las deudas al entender que había mostrado buena voluntad al intentar pagarlas.