El Gobierno asturiano aspira a presentar a los nuevos fondos europeos proyectos “grandes, ambiciosos y transformadores” nacidos de la colaboración entre la Administración pública y las empresas. Ese propósito se enuncia en el documento “Mapa de Estrategias del Principado” que el Ejecutivo presentó ayer a los agentes sociales y otros representantes institucionales. En él se perfilan de manera genérica las prioridades de Asturias para usar los recursos del plan europeo de recuperación: modernizar la industria tradicional y atraer nuevas actividades fabriles, impulsar sectores emergentes innovadores y vinculados a la economía verde o al envejecimiento e impulsar la digitalización, de forma que la región se convierta en referente europeo del despliegue de la tecnología 5G.
El aparato institucional y administrativo concebido por el Gobierno asturiano para guiar la estrategia ante los nuevos fondos europeos echó a andar con la primera reunión de un comité asesor del que forman parte, junto a una amplia representación del Ejecutivo –encabezada por el vicepresidente, Juan Cofiño–, la patronal FADE, los sindicatos UGT y CC OO, la Universidad y la Federación Asturiana de Concejos. En esa primera toma de contacto no se trató de planes o proyectos específicos. “Es muy temprano para hablar de proyectos concretos”, dijo Cofiño. Matizó que están más avanzadas las iniciativas que optarán a los fondos relacionados con la descarbonización (Fondo de Transición Justa, destinado a las regiones que pierden minas y térmicas).
“Es muy temprano para hablar de proyectos concretos”
Los objetivos. El nuevo comité se ha emplazado para aprobar en quince días, con las aportaciones que puedan hacer los demás partícipes, el documento de estrategia que, en una primera redacción –obra del consejero de Ciencia y Tecnología, Borja Sánchez–, esboza prioridades y objetivos para modernizar la economía asturiana en la próxima década y para hacerlo de una manera congruente con la filosofía de los fondos europeos: la transición hacia una economía descarbonizada, la digitalización y la mejora de la capacidad de resistencia del tejido productivo.
“Asturias debe aprovechar la I+D+i para transformar nuestra industria tradicional de la mano de las dos grandes transiciones (verde y digital), así como para atraer nuevas industrias aprovechando sectores emergentes como la agroalimentación, la biotecnología o la ‘silver economy’ (actividades relacionadas con el aumento de la longevidad)”, señala el documento que Borja Sánchez explicó a los demás miembros del comité asesor. El texto cita, entre otros, los siguientes objetivos: “modernizar sectores industriales tradicionales (acero, cinc, aluminio, sector químico)”, favorecer “la industria agroalimentaria de calidad y ecológica”, “impulsar industrias emergentes y con alto contenido tecnológico (biomedicina, biotecnología...), así como “las energías renovables y la generación de hidrógeno”.
Los proyectos. El “Mapa de estrategias” será una especie de vademécum en el que deberán encajar los proyectos que durante los próximos meses habrán de concretarse desde el sector público, desde el ámbito empresarial o desde ambos a la vez. Juan Cofiño remarcó que las iniciativas surgidas de esa colaboración público-privada serán las que “mejor perfil tendrán desde el punto de vista de la financiación”. El Gobierno regional considera que “Asturias necesita proyectos público-privados grandes, ambiciosos, transformadores, generadores de valor y de empleo”.
Es una estrategia en la que ya están otras regiones, algunas con proyectos definidos y sobre el papel con la potencia transformadora que el Principado quiere para los suyos, aún por concretar. Dos ejemplos: El País Vasco prevé acoger una fábrica de baterías para coches eléctricos con 1.120 millones de inversión, a través de un consorcio participado, entre otras empresas, por Mercedes y Enagás; Galicia maneja dos grandes proyectos industriales que pueden sumar 1.600 empleos (una planta de fibras textiles ecológicas y otra relacionada con el reciclaje de residuos).
“Los fondos deben tener un enfoque empresarial; el objetivo es generar más PIB y empleo y eso sólo se va a conseguir si lo hacemos a través del tejido productivo”
Las reacciones. La Federación Asturiana de Empresarios (FADE) considera que la comentada colaboración público-privada debe ser una de las paredes maestras de la estrategia asturiana para los fondos. Alberto González, director general de la patronal, añadió estos otros “pilares”: “Los fondos deben tener un enfoque empresarial; el objetivo es generar más PIB y empleo y eso sólo se va a conseguir si lo hacemos a través del tejido productivo”; “han de servir para transitar hacia la economía asturiana del futuro”; “los proyectos tienen que estar alineados con la estrategia europea y nacional” y para el éxito es imprescindible que haya “claridad, agilidad y eficacia en la gestión administrativa”.
Los sindicatos llamaron a la unidad para sacar partido de los fondos europeos. “Apostemos por fortalecer nuestro modelo productivo, con una industria más moderna, más sostenible, con la innovación y el conocimiento como motor del cambio”, dijo José Manuel Zapico, líder regional de CC OO. Javier Fernández Lanero, su homólogo en UGT, lo ve así: “En Asturias tenemos ideas, hay muy buenos técnicos y profesionales; debemos estar unidos para que los recursos lleguen a la región porque nos jugamos mucho en materia industrial y de transición energética”.
El dinero
- “Next generation EU”. Plan de la UE para la reconstrucción económica, con una dotación asignada a España de 140.000 millones entre subveciones y préstamos hasta 2023.
- Transición Justa. Bolsa destinada a las regiones que, como Asturias, pierden minas y térmicas por la descarbonización. A España le corresponderán unos 790 millones hasta 2027.
- Marco presupuestario. Los fondos convencionales del marco presupuestario 2021-2027 superan los 70.000 millones para España, incluyendo las ayudas agrarias de la PAC.
