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Las opciones de Asturias de enchufarse al auge del hidrógeno verde, pendientes de Arcelor

La región entra en dos proyectos nacionales del sector y varias empresas manejan otros, pero la siderurgia tiene la llave para dar el mayor impulso

Los tanques de almacenamiento de la regasificadora de El Musel Ángel González

El negocio del hidrógeno producido a partir de fuentes de energía renovable generará en la próxima década miles de millones en inversiones y por encima de 200.000 empleos en España, según estimaciones de las empresas vinculadas al sector. Los desarrollos tecnológicos que están en marcha y la magna expansión que protagonizarán las producciones verdes de electricidad (eólicas, solares...) harán del hidrógeno un “vector” fundamental, expresión técnica que se refiere a aquellas sustancias o dispositivos capaces de almacenar energía. Asturias, apremiada por las cirugías y mutaciones que la descarbonización está provocando en sus actividades fabriles básicas, intentará enchufarse a la nueva industria del hidrógeno. Dispone para hacerlo de ciertas fortalezas y varias compañías están perfilando proyectos, aunque en el ámbito empresarial existe la convicción de que la capacidad de Asturias de sacar partido de tal alternativa energética dependerá en gran medida de los planes de ArcelorMittal, de si decide o no impulsar desde Asturias la fabricación de acero mediante el uso de hidrógeno como combustible limpio.

El primer test

El Ministerio de Transición Ecológica ha habilitado hasta el 19 de diciembre el plazo de una “manifestación de interés” para que las empresas aporten “proyectos solventes” vinculados al hidrógeno renovable, susceptibles además de recibir apoyo europeo. Será un primer test que permitirá conocer el grado de ambición y madurez de las estrategias que la mayoría de las regiones han activado, entre ellas Asturias, Galicia y el País Vasco, comunidades estas últimas que tienen avanzada la creación de consorcios empresariales especializados.

¿Qué se presentará desde Asturias en la ventanilla de Transición Ecológica? El Gobierno regional ha alentado a las empresas que forman parte de la llamada Mesa Regional del Hidrógeno (más de veinte compañías, entre ellas Enagás, Duro Felguera, Hunosa, Capital Energy, Iberdrola, Imasa, Renfe, EDP y ArcelorMittal) a presentar proyectos. Su número y magnitud no se conocen por el momento, si bien Juan Carlos Aguilera, director de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN) y coordinador de la citada mesa aporta la siguiente estimación: hay identificados unos ocho proyectos y estaría confirmada la presencia de Asturias en algunos de ámbito suprarregional.

Los proyectos

Conforme a las explicaciones de Aguilera, no es seguro que todos esos proyectos vayan a ser presentados ahora. Las condiciones del Ministerio que dirige Teresa Ribera determinan que, con carácter general, la información remitida por las empresas no estará sujeta a confidencialidad y será divulgada. El Principado teme que, por el grado de madurez de algunas de las propuestas, pendientes de decisiones internas de las empresas, estas pueden verse inclinadas a evitar la convocatoria. De ahí un llamamiento público a la participación realizado recientemente por la directora general de Energía, Belarmina Díaz.

Según información recabada de fuentes empresariales, por la Mesa Asturiana del Hidrógeno han pasado proyectos de producción de tamaño modesto, en algún caso relacionado con compañías que ya usan el gas en sus procesos productivos. Entre las que lo utilizan están Fertiberia, Bayer, Du Pont o Arcelor. La opción de que EDP emplee hidrógeno en las centrales de gas de Soto de Ribera también estaría en estudio.

Asturias entrará en otros dos proyectos de alcance nacional que Aguilera no precisó apelando a razones de confidencialidad. No obstante, uno de ellos podría ser el plan ideado por Enagás para crear una red de producción y distribución de hidrógeno conectada a Europa. En los documentos preliminares se plantea crear un nodo logístico (“hub”) en Asturias, con el uso de las instalaciones de la regasificadora de El Musel como almacenamiento. La compañía ha llegado a esbozar también la construcción en la región de una planta de electrolisis de 100 megavatios de potencia y una actuación en plantas renovables para abastecerla. La inversión necesaria se estimó en un primer momento en unos 400 millones de euros. La misma compañía aparece detrás de otra propuesta que atañe de manera indirecta a Asturias: la construcción de otra planta de hidrógeno verde en La Robla, con 266 millones, cuya producción se exportaría a través de El Musel.

El acero

Las expectativas de Asturias con el hidrógeno miran en buena medida hacia Arcelor, la compañía con mayor capacidad de impulsar una actuación que generase “un auténtico desarrollo industrial”, señalaron fuentes expertas. La multinacional ha elegido Hamburgo (Alemania) para ensayar el uso de hidrógeno como combustible alternativo en la fabricación de acero, tecnología llamada a tener un papel crucial en la descarbonización de los procesos siderúrgicos. Los altos costes de la electricidad en España han lastrado hasta el momento las opciones de Asturias de acoger alguno de los principales proyectos de acero limpio de Arcelor, radicados también en Dunkerque (Francia) y Gante (Bélgica). 

Ahora, el Gobierno asturiano intenta que el complejo siderúrgico de la región sea considerada para un proyecto de tales características. “Más que persuadir a Arcelor, buscamos que las opciones de Asturias estén presentes y preparadas cuando tengan que tomar una decisión”, señaló Juan Carlos Aguilera. Una apuesta de ArcelorMittal por el hidrógeno en Asturias, subrayaron fuentes del sector, allanaría el futuro a largo plazo de la siderurgia ante el desafío de la descarbonización y convertiría a la compañía en un consumidor muy cualificado del nuevo combustible verde, favoreciendo asimismo actividades paralelas de ingeniería, servicios auxiliares y fabricación. Arcelor no ha confirmado por ahora si prepara un plan así para Asturias y meses atrás se desmarcó de un plan semejante (construcción de una planta de electrolisis para producir hidrógeno con destino a la fabricación de acero) que trascendió en un documento del Ministerio de Transición Ecológica.

El metal

La relevancia y conocimiento de las empresas del metal es vista como otra de las fortalezas de Asturias ante la nueva energía. Guillermo Ulacia, presidente de Femetal, confirmó que el clúster del sector (MetalIndustry4) trabaja en “identificar las empresas con potencial para participar en la cadena de valor del hidrógeno”. Según ese criterio, existen compañías con capacidad de convertirse en fabricantes y proveedores de piezas de electrolizadores y otros equipos asociados al hidrógeno verde. A él se refiere un documento de la CEOE, por iniciativa del propio Ulacia, como una “pieza clave” de la modernización de la industria española. También podría serlo de la asturiana.

La regasificadora, acabada y sin uso desde hace ocho años, sigue sin licencia


La existencia de la planta de regasificación de El Musel es considerada una de las fortalezas de Asturias para sacar rendimiento de la nueva economía del hidrógeno verde. Enagás aspira a rentabilizar las instalaciones, con el manejo de gas natural a corto plazo y también de hidrógeno más adelante, una vez que la regasificadora pueda entrar en servicio. Acabada y sin uso desde hace ocho años, la central permanece sin autorización administrativa.

La licencia primigenia de la planta fue anulada en 2013 por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, por el incumplimiento de la normativa de distancias a las zonas pobladas que estaba en vigor cuando fue aprobada. Antes, en 2012, el Gobierno de entonces, del PP, había frenado la entrada en servicio de la regasificadora, acabada ese mismo año tras 380 millones de inversión. La decisión se tomó en el contexto de la anterior crisis y ante el déficit económico que se estaba produciendo en el sistema gasista.

En 2017, el mismo tribunal madrileño sentenció que no era necesaria la demolición de la regasificadora. Enagás inició entonces el proceso para su legalización, solicitando una nueva autorización. Esa tramitación se inició en 2018 y aún está pendiente de resolución por el Ministerio de Transición Ecológica. En febrero de 2019 se cursó la declaración de impacto ambiental, sobre la que aún no ha decidido el departamento de Teresa Ribera.

Tanto Enagás como el Gobierno del Principado han instado en distintas ocasiones al Ejecutivo central para que agilice la licencia. De ser aprobada, Enagás estaría en posición de activar la planta para el almacenamiento de gas natural y para el suministro a buques que usan ese combustible (“bunkering”).

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