O todos o ninguno. El Gobierno asturiano se plantó ayer y aseguró que las medidas que se aplican en Francia y Alemania para abaratar el coste de la energía para la gran industria deben llegar también a las compañías electrointensivas asturianas –ArcelorMittal, Asturiana de Zinc (Azsa), Alu Ibérica y DuPont– o, en caso contrario, será necesario denunciar “ante las instituciones europeas” que esos países no se ajustan a la legislación europea. El enfado del consejero de Industria, Enrique Fernández, era mayúsculo. “Nos sentimos como David luchando contra Goliat”, respondió ante la entrevista del director general de Industria del Ministerio, Raúl Blanco, a LA NUEVA ESPAÑA, en la que aseguraba que ni las alegaciones formuladas por Asturias al estatuto electrointensivo ni la regulación de otros países, como Alemania, se acomodan a lo admitido en la UE. “No podemos tolerar competencia desleal dentro de la UE”, respondió Fernández ante las declaraciones de Blanco asegurando que las ayudas germanas se basan en “sistemas que no están plenamente autorizados por la Unión Europea”.

“Nos sentimos como David luchando contra Goliat al defender a la industria” Enrique Fernández Consejero de Industria

El Consejero también dejó un claro mensaje a algunas de las comunidades que más se van a ver beneficiadas por las ayudas. El nuevo estatuto para los consumidores electrointensivos no solo no ha colmado las expectativas de la industria pesada regional, también ha abierto el abanico a que otras muchas puedan optar a estas subvenciones. Sin llegar a denunciar abiertamente la discriminación también dentro de España que detectan y lamentan las empresas, Fernández considera “sintomático” que otras comunidades autónomas, y citó entre ellas al País Vasco, no se hayan querido sumar a las alegaciones conjuntas presentadas desde Asturias, Galicia y Cantabria y que “no hayan dicho nada” tras la publicación del nuevo estatuto. Ese silencio “habla por sí solo” y “puede indicar que el País Vasco y Cataluña están satisfechos con este contenido, cuando otras comunidades autónomas nos encontramos radicalmente descontentas” con una regulación que “ha defraudado las expectativas que teníamos en nuestro interés de defender a la gran industria electrointensiva, que es a la vez intensiva en creación de empleo de calidad”.

Ante estos agravios, Fernández propuso una solución. Como la descarbonización está siendo especialmente intensa y acelerada en Asturias, pidió que las ayudas que lleguen a la región para compensar esa posible pérdida de tejido industrial sean también especialmente intensas, más que lo que lo puedan ser en otras comunidades. “Esa es la justicia que vamos a reclamar”, señaló.

Tras reconocer que el estatuto tiene algún que otro elemento positivo, como que se trata de una herramienta jurídica que hasta ahora no existía, argumentó que “se está dejando desamparada a la industria electrointensiva” frente a la feroz competencia de Alemania y Francia. “Lo que no puede ser es que el argumento de que la Unión Europea (UE) no permite sí tenga aplicación en España y no en Francia y Alemania”.

Respecto a los próximos pasos que dará el Principado, el Consejero renovó su apoyo a las empresas afectadas, radicalmente opuestas al estatuto electrointensivo, y emplazó a prestar atención al “horizonte temporal”. Aseguró que el Ejecutivo nacional sí tiene en cartera una serie de medidas que traerán consigo una rebaja de la luz tan sustancial que podría llegar a dejar los recibos de las multinacionales por debajo de franceses y alemanes. El problema, criticó Fernández, es que aún queda un tiempo para llegar a ese escenario. “La pregunta que se plantea es “qué vamos a hacer durante estos dos años en los que se mantendrá ese diferencial competitivo entre las industrias de distintos países”. Por eso reclamó “que se habiliten otros mecanismos que permitan compensar en este plazo a las empresas electrointensivas”.

Frente a la crítica respecto a una posible falta de influencia del Gobierno asturiano en Madrid, como le había acusado buena parte de la oposición, aseguró haberse sentido en algunas batallas de esta guerra como “David luchando contra Goliat” y aclaró que “tener capacidad de influencia no es sinónimo de tener mando en plaza. Una cosa es que te escuchen y otra que Asturias sea quien firma las disposiciones que aparecen en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Que nadie lleve los argumentos hasta el extremo de dislocarlos”, reclamó el consejero de Industria, porque “no es Asturias quien diseña la política industrial de toda España”.