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Begoña Fernández Costales | Presidenta de la Federación Asturiana de Empresarias y Directivas (FEDA)

“Uno de los pilares de Asturias debe ser la exportación, y África es el futuro”

“Para atraer y facilitar el retorno del talento con el teletrabajo debemos contar con infraestructuras y lograr ser competitivos en costes y salarios”

Begoña Fernández, en Gijón. | Ángel González

Begoña Fernández Costales es presidenta de la Federación Asturiana de Empresarias y Directivas (FEDA) y responsable de la firma Bepic, que trabaja en ramas como la consultoría, la arquitectura de interiores y los proyectos llave en mano. Su mercado está, fundamentalmente, en África.

–¿Cómo están las empresarias y directivas asturianas capeando esta crisis económica?

–En general es una situación muy complicada. Aunque hay algunos sectores más afectados que otros, como es el caso de la hostelería, donde la crisis ha golpeado con dureza, a todos en mayor o menor medida nos está afectando. Siempre hemos querido desde la Federación difundir un mensaje positivo y promulgar una actitud de flexibilidad y adaptabilidad, pues la vida sigue y debemos adaptarnos tanto social como profesionalmente. Contrariamente a lo que cabría pensar, en FEDA hemos aumentado considerablemente el número de socias. Las mujeres nos estamos uniendo más que nunca y aunando nuestras fuerzas para combatirla de formal conjunta.

–¿Por qué sigue costando que las mujeres lleguen a puestos directivos?

–Confluyen varias cuestiones. Por un lado, hay una cuestión meramente histórica, ya que nos incorporamos más tarde al mundo laboral. Aún seguimos siendo las que en mayor medida asumimos los cuidados de nuestros hijos y nuestros mayores, apartando en muchas ocasiones nuestras carreras y perdiendo el tren de la reincorporación al mundo laboral y sus consiguientes ascensos y puestos directivos porque no hay ayudas reales para esa conciliación, y finalmente está el famoso “síndrome del impostor”. Nos cuesta optar voluntariamente a esos puestos directivos porque tenemos erróneamente grabado a fuego que si son requeridas diez aptitudes, hemos de cumplir con las diez, pensando que no estamos capacitadas para desempeñar el cargo con diligencia. Y cuando por fin accedemos a ellos, queremos dar el 200% de nosotras porque sabemos que estamos siendo doblemente observadas.

–¿Crisis como la actual pueden alentar el emprendimiento de las mujeres?

–Nos hemos abierto paso en la empresa y hemos conseguido ganar peso en el mundo del emprendimiento. Es una tendencia global que ahora se ve amenazada por la crisis del coronavirus. En España, la tasa de emprendimiento femenino ha crecido del 2 al 6% en los últimos quince años. En los países más desarrollados de la UE el porcentaje ha crecido del 4 al 10% y en Estados Unidos, del 9 al 16%, estando a dos puntos de alcanzar la masculina. Pero la crisis puede llevarse por delante todos estos avances. Debemos estar ojo avizor, ya que además de las dificultades que atraviesan muchos sectores (y que no distinguen entre géneros), las mujeres hemos visto y veremos, si nada cambia, alzarse de nuevo muros que ya habíamos conseguido derribar, volviendo atrás en todos los logros conseguidos.

–¿Qué esperan desde FEDA de las ayudas para la reconstrucción europea?

–Estas ayudas son una oportunidad única que contribuirá a recuperar nuestra economía, pero debemos enfocar los proyectos tractores que presentemos en consonancia plena y real con los requerimientos de la Unión Europea. Se trata de saber y presentar para 11 sobre 10 lo que va a caer en el examen. Es de vital importancia que los fondos concedidos se apliquen en una economía productiva real. Paliar primero los problemas reales existentes en las empresas que necesiten fondos ahora y que no estén siendo financiadas. En FEDA esperamos que el reparto se lleve a cabo de una forma justa y equitativa entre las regiones.

–¿Cómo una región como Asturias podría beneficiarse de esos fondos?

–Debemos aprovechar esta coyuntura y ayudar a sectores que tengan futuro. Los fondos no deben ser para subsidiar, sino para buscar desarrollo que genere riqueza. Desde FADE se han creado dos comisiones, la de Comercio Exterior, de la que soy responsable y desde la que ayudamos en la exportación de las empresas asturianas en conjunción con Asturex, y la de la Unión Europea, que se dedica en exclusiva a la atracción de dichos fondos.

–¿Usted tiene una empresa que está volcada en los mercados extranjeros, cómo está la situación económica fuera de Asturias?

–La situación en Europa no difiere mucho de la que vivimos en España. Centroamérica y Sudamérica tendrán una recuperación mucho más lenta y Asia ya está con el motor a pleno funcionamiento. El continente africano es la excepción que confirma la regla. Por primera vez, no están siendo los más afectados. Se trata de una población muy joven en la que la esperanza media de vida es de 61 años, por lo que no llegan ni siquiera a la edad de ser población de riesgo, al contrario que en Europa, donde contamos con una población muy envejecida. El calor ayuda a que no se propague con tanta facilidad y, por último, un estudio publicado en la revista “Jeune Afrique”, que considero bastante acertado, habla de que en África ya sufrieron CICA, ébola y sufren diariamente paludismo, fiebre amarilla, etcétera, lo que hace que su cuerpo esté mucho más inmunizado. Desde que acabara el confinamiento en junio, he seguido viajando a países de África Central y no he tenido ningún problema, siempre tomando las precauciones pertinentes y normativa en cada país, como la realización de test PCR a la entrada y salida de los mismos. El mundo sigue girando y tenemos la responsabilidad de buscar esa flexibilidad y adaptabilidad de la que antes hablaba ante las nuevas circunstancias que nos ha tocado vivir.

–¿Podrían volver a apoyarse las empresas de la región en los mercados extranjeros para superar la crisis como ocurrió en 2008?

–Por supuesto. Desde el ámbito profesional en el que me muevo, estoy completamente convencida de que hoy estamos más unidos que nunca para sacar Asturias adelante, a través de uno de los pilares que considero fundamentales, que es el de las exportaciones. Como especialista de los mercados africanos, considero que África es el futuro, y ahora más que nunca. El producto español está muy bien valorado, además de ser más competitivo respecto a los países francófonos o italianos donde acostumbran a comprar.

–Presentó hace unas semanas un campus al estilo suizo, ¿en qué consiste?

–Se trata de un proyecto que me rondaba en la cabeza desde hace años. Asturias es un paraíso natural increíble y un entorno óptimo para este tipo de actividades. Suiza cuenta con una industria educativa muy desarrollada. Un modelo que Asturias puede replicar contando con todo lo necesario para explotar esta nueva vía que se nos abre y presenta como nueva fuente de generación de ingresos. Un “Summer camp” donde estudiantes de todo el mundo podrán venir a aprender español y otros idiomas y divertirse al mismo tiempo. El campus además ofrecerá actividades deportivas, actividades intelectuales y excursiones. Se generará aquí otra industria paralela del turismo, con los padres de estos niños, fundamentalmente asiáticos, que acompañan a sus hijos al campus y aprovechan para hacer turismo durante el periodo que el niño esté alojado con nosotros.

–¿Está Asturias en disposición de atraer trabajadores de fuera de la región, ya sea mediante el teletrabajo o nuevos emprendedores?

–Es una vía que tenemos la obligación de potenciar. Desde FADE trabajamos para facilitar el retorno de talento a nuestra región mediante el teletrabajo. Recientemente el Principado ha abierto una oficina de atracción de inversiones y cuenta con subvenciones destinadas también a favorecer el teletrabajo. Pero no debemos olvidar que para lograr ese retorno debemos facilitar comunicaciones y telecomunicaciones, contar con infraestructuras y lograr ser competitivos en costes y salarios, en definitiva, hacer atractiva la región.

–¿Qué efectos puede tener la transición energética sobre la economía asturiana?

–Ahora es el momento de explorar nuevas vías de atracción de riqueza que palien los efectos de las transición energética. Antes hablaba de los pilares fundamentales para ello. Uno es el de las exportaciones. Pero tenemos otros como la atracción de inversiones, nuestra industria en su más amplio espectro, la que todos conocemos, pero también la industria del turismo, de la educación... y la promoción y potenciación de la economía del mar o economía azul.

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