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Rebrota el conflicto en Arcelor: la plantilla de la acería de Gijón rechaza el ajuste

Los trabajadores del taller votan contra la amortización de 14 empleos y obligan a los sindicatos y a la siderúrgica a sentarse a negociar de nuevo

Los trabajadores de la acería de Gijón, durante una asamblea a las puertas de Veriña.

La plantilla de la acería de Gijón rechazó ayer de forma mayoritaria el plan de ajuste que había presentado ArcelorMittal con la intención de “rescatar” el taller de las cuantiosas pérdidas que acumula desde hace años y que incluía la amortización de 14 empleos. El “no” consiguió 162 votos de los 270 que se registraron y abre un escenario incierto, que amenaza con hacer rebrotar el conflicto vivido en esta instalación a principios de diciembre y que, en aquel momento, obligó a intervenir al Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec) para intentar apaciguar los ánimos, que estaban muy caldeados. Ahora, los sindicatos y la dirección de la compañía deberán volver a sentarse a negociar un nuevo ajuste que sea del gusto de la plantilla. Algunas fuentes reconocían, no obstante, que ya va quedando poco margen.

En la última reunión en el Sasec tanto la compañía como los sindicatos habían pactado someter cualquier acuerdo que afectara a los denominados como talleres de largos (el tren de carril, el de alambrón y la acería gijonesa) a la votación de los trabajadores afectados. En los dos primeros, en carril y en alambrón, los ajustes previstos contaron con el visto bueno de la mayoría de los trabajadores, pero en la acería no ha sido así. La oposición ha sido frontal. Los trabajadores del taller ya protagonizaron a finales de noviembre una huelga –convocada por CC OO y la CSI– que tuvo un seguimiento mayoritario y que derivó en un cierre patronal de esta instalación para, alegó en aquel momento Arcelor, “no dañar las instalaciones”. Ahora, los sindicatos no piensan en reabrir las protestas, sino que lo que quieren es volver a sentarse a negociar un nuevo plan para la acería, declararon.

El problema, aseguran los sindicatos críticos con el proyecto, no está tanto en las amortizaciones que pretendía realizar Arcelor, sino que el mayor escollo está en que no ven futuro a una instalación en la que, denuncian, la siderúrgica lleva años sin invertir. José Manuel Castro, portavoz de CC OO –uno de los sindicatos cuyos afiliados se habían mostrado partidarios del “no” y que es, además, mayoritario en el taller–, reconocía que ahora se abre “un escenario complicado”. Pero admite que los ánimos en los empleados seguían muy caldeados. “La plantilla considera que el plan que se le presentó es un parche más”, asegura. Y añade que en el documento había algunas “ambigüedades” que a la plantilla no le cuadraban. Por ejemplo, explica que aunque solo se recogían 14 amortizaciones, la compañía dejaba la puerta abierta a realizar otras 10. Previa negociación con los sindicatos, eso sí. “El problema es que no había garantías, la plantilla no cree ni a la dirección del taller ni a la de la empresa, y eso va a ser complicado revertirlo”, agregó. El otro de los sindicatos críticos y que había llamado a votar “no” en las elecciones, CSI, apuntó también en la misma dirección. El portavoz de la Corriente, Manuel Pulgar, destacó que el rechazo no fue “solo por la quita de puestos, la gente votó porque quiere un cambio real en el taller. Tampoco hacen falta grandes inversiones. Es hora de plantear un cambio de verdad. Esta es una instalación que tiene unos problemas terribles. Hay días que llueve más dentro que fuera”.

Arcelor reconocía que “no es el resultado que esperábamos” y añadía que la dirección va ahora a evaluar los resultados. En concreto, en las elecciones participaron 270 trabajadores (de los 339 que están censados, aunque en esta cifra están incluidos los que se han prejubilado últimamente). De ellos, 162 votaron en contra de la propuesta, 102 lo hicieron a favor, 5 en blanco y hubo un voto que fue calificado de nulo.

Al otro lado, en el de los sindicatos que se habían mostrado claramente a favor del “sí”, estaban UGT y USO. El portavoz de los ugetistas, José Manuel García, aseguró que acatarán los resultados, tal y como se había pactado en el Sasec, y se mostró partidario de sentarse de nuevo a negociar para intentar buscar una salida para esta instalación. “En las votaciones al plan de viabilidad para el tren de carril y el de alambrón (en las que el “sí” gano con cierta holgura) la plantilla actuó con responsabilidad, en la acería sabíamos que había oposición a la quita de puestos que se había plantado”, explicó.

Durante las últimas semanas, y gracias a la fuerte presión de los sindicatos, la dirección de Arcelor había rebajado considerablemente el ajuste que pretendía llevar a cabo en sus talleres de productos largos de Gijón. Inicialmente, la multinacional había planteado un recorte de 23 empleos en la acería que, finalmente, acabó rebajando a 14. Algo parecido ocurrió en el tren de alambrón. La oferta inicial era meter tijera a 21 puestos (de los 170 que tiene el taller), pero al final la amortización será de solo cinco empleos. En el tren de carril no se había planteado ningún ajuste, solo una reorganización de los turnos de trabajo con la intención de que la instalación sea más eficiente.

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