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El virus adelgaza las ingenierías de la región, de las que dependen 5.000 empleos

Duro Felguera sigue en la cuerda floja, con un ERTE activo que afecta a 425 trabajadores, e Imasa, Sacyr-Fluor y Navec acordaron 171 despidos

El virus adelgaza las ingenierías de la región, de las que dependen 5.000 empleos

El coronavirus se ha cebado con las grandes ingenierías industriales asturianas. Las carteras de pedidos han encogido, fruto del recorte de la inversión en el sector fabril a nivel mundial, y las compañías tratan de seguir a flote, a la espera de que amaine el temporal, ajustando gastos y plantillas. Duro Felguera, que ya estaba en la cuerda floja cuando estalló la pandemia, tiene en estos momentos activo un ERTE que afecta hasta mayo a un máximo de 425 trabajadores al día. También Imasa tiene activo un ERTE y llegó el pasado mes a un acuerdo con la plantilla para el despido de 58 trabajadores. Navec, la antigua Tradehi, acordó este mes un ajuste que supone la salida de 53 trabajadores y los recortes comenzaron el pasado verano cuando Sacyr-Fluor despidió a 60 de sus trabajadores en Asturias.

En total ya son 171 despidos que se suman a las reducciones de plantilla que se estaban produciendo en los últimos años en empresas como Duro Felguera, obligada a desprenderse de negocios ante su delicada situación financiera y que le ha llevado a solicitar el rescate de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) con cargo al fondos de auxilio de compañías viables y estratégicas dañadas por la pandemia.

El sector de las ingenierías es una de las vigas maestras de la economía asturiana. Da empleo a cerca de 5.000 trabajadores, de los que más de millar son titulados superiores; genera importantes sinergias y es un escaparate de la región en todo el mundo, puesto que muchas de estas empresas –como la propia Duro, TSK, Imasa, Sacyr-Fluor o el grupo Isastur– operan a nivel internacional.

Los problemas que sufren las empresas que han sacado la tijera de los recortes de personal no son exclusivos de las ingenierías industriales asturianas no del conjunto del sector. Un estudio elaborado por el Consejo General de Economistas de España y por el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España a partir de una encuesta a 492 empresas y despachos profesionales del país (24 de Asturias) concluyó que el 22,6% de las firmas disminuyeron el número de trabajadores por la crisis del coronavirus, el 75,5% lo mantuvieron y sólo el 1,9% lo aumentaron. Y de cara a este 2021 la tasa de los que esperan mantener el empleo se sitúa en el 67,4%, los que prevén una caída es del 24,3% y los que confían en aumentarlo del 8,3%.

La crisis del coronavirus afectó negativamente en la facturación del 93% de las firmas; en la rentabilidad del 93% también; en la productividad del 90,3%, en las inversiones del 86,6%, en el nivel de deuda del 70,5% y en el nivel de liquidez del 86,3%.

Todas las ingenierías asturianas que han acordado despidos colectivos desde el pasado verano han aludido a problemas de caída de carga de trabajo vinculadas a la crisis del coronavirus. Es decir, serían problemas coyunturales y no estructurales (como podrían ser por ejemplo una excesiva especialización en sectores afectados por la descarbonización como el petróleo, el gas o la minería del carbón; una internacionalización desordenada o una insuficiente digitalización) que permanecerían una vez pasados los efectos de la pandemia del coronavirus.

José Esteban Fernández Rico, catedrático de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Oviedo y presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Asturias, también incidió en la idea de que son problemas coyunturales. “Los efectos de la pandemia y otras circunstancias de incertidumbre de los mercados sin duda están afectando prácticamente a todos los sectores, aunque bien es verdad que de forma desigual”, apuntó Fernández Rico. Sin embargo, que las ingenierías industriales estén sufriendo más que otros sectores no lo ve como un signo de problemas estructurales. “Las ingenierías asturianas han mostrado siempre gran capacidad de adaptación, liderando mercados internacionales desde hace años, por ejemplo, en el campo de las renovables”, señaló el catedrático de la Universidad de Oviedo.

“Hay que tener en cuenta que en Asturias, afortunadamente, existen empresas de ingeniería impulsando tecnologías innovadoras en sectores como el eléctrico o eólico, y desarrollando plataformas digitales. La transición energética y los campos asociados que están emergiendo, como el almacenamiento, las baterías o el hidrógeno verde, son una oportunidad que será aprovechada por las ingenierías para orientar el desarrollo y el crecimiento hacia estos campos de especial futuro”, afirmó el presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Asturias, que añadió que está “seguro” de que estas compañías podrán contar “con los fondos de recuperación europea, que están alineados en particular con lo ecológico”.

Por todo ello, Fernández Rico afirmó que “pasada esta época especialmente difícil se producirá un avance paulatino hacia los ámbitos emergentes, ya que se dispone de recursos humanos muy capacitados para abordar con éxito estos cambios, aunque supongan un reto importante”. Además, está convencido de que esas circunstancias favorecerán “la creación de tecnologías propias avanzadas de aplicación nacional e internacional”.

Sin embargo, para empresas como Duro Felguera el futuro pasa a corto plazo por lograr cerrar un acuerdo con la banca acreedora y recibir el salvavidas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Duro solicitó ya el pasado agosto al Estado 100 millones de euros (30 millones como aportación de capital y 70 millones como crédito participativo) y elevó su petición el pasado 30 de diciembre a 120 millones al incluir un préstamo ordinario de 20 millones de euros por el deterioro de la compañía como consecuencia de la prolongación de la epidemia del coronavirus y sus efectos efectos económicos.

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