La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La pandemia se lleva por delante a 3.660 empresas y 6.000 autónomos en Asturias

La inmensa mayoría de los cierres se concentran en las compañías más pequeñas, aquellas que tienen menos de cinco trabajadores

Un comercio cerrado en Oviedo. | IRMA COLLÍN

La infección económica derivada de la pandemia del coronavirus se ha llevado por delante a 3.660 empresas y a casi 6.000 autónomos, en Asturias. O, lo que viene a ser lo mismo, las nuevas dificultades económicas obligaron a echar la persiana al 15% de los negocios asturianos y el 9% de los trabajadores por cuenta propia. El balance lo acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en lo que ha bautizado como el primer análisis de la demografía empresarial de la pandemia. Habrá más para ir viendo lo duro que está siendo el golpe. Y los datos relativos a Asturias los ha diseccionado la patronal regional FADE y apuntan a que el mayor impacto tuvo lugar durante los primeros meses de la pandemia. Luego, la colisión fue amortiguándose, aunque las alarmas continúan encendidas. Al rojo vivo.

La pandemia empresarial, además, se ha cebado con los más pequeños. Es decir, con las compañías de menor tamaño, aquellas que no pasan de los cinco empleados. Precisamente, las que más abundan en la región. La proporción es extremadamente llamativa porque de esas 3.660 empresas asturianas que echaron la persiana, nada más y nada menos que 3.446 –la inmensa mayoría– tenía solo entre uno y cinco trabajadores. Lógicamente, entre las grandes compañías casi no ha habido cierres. A más tamaño, más capacidad de resistencia al virus. Cabe puntualizar que lo que hace el INE para llevar a cabo este análisis demográfico es tomar dos fotografías y compararlas. La primera la tomó el 1 de enero de 2020, había por aquella lo que este organismo denomina como 24.500 “empleadores” en la región, de la suma están excluidas, aclara, las actividades agrarias, ganaderas y pesqueras, que tienen una enorme variabilidad de altas y bajas. Y la segunda la sacó el 1 de octubre. Es decir, nueve meses después. Con lo que en las estadísticas no están incluidos los efectos que pudo tener sobre la actividad empresarial ni la segunda ola de noviembre, ni la tercera que está teniendo lugar ahora mismo.

El sector más afectado, lógicamente, fue el de la hostelería. Solo han “sobrevivido” (un término que utiliza el propio INE) el 79% de las compañías que se dedican a esa actividad en la región, las más afectadas por las diferentes medidas restrictivas que ha venido aplicando el Gobierno regional para tratar de frenar la expansión del virus. Desaparecieron (el INE es más suave con el lenguaje y utiliza el término de “no supervivieron”) 891 compañías de la región que se dedicaban al sector hostelero. Les siguen en esta lista negra el comercio, que perdió 519 empresas. Por contra, aguantaron bien todas aquellas compañías ligadas con la alimentación o las de la fabricación de productos metálicos. Casi no hubo cierres entre las que se dedican a estas actividades.

Idéntica situación ocurre en el conjunto de España. Aunque con algún que otro matiz. En todo el país, el covid-19 ha acabado con la actividad de 207.000 empresas y 323.000 autónomos. Aproximadamente, un 10% del total. Y, al igual que ha ocurrido en Asturias, lo peor tuvo lugar durante las primeras semanas del confinamiento. En este caso, las microempresas también fueron las más afectadas, pero no en una proporción tan bestial como sucedió en Asturias. Desaparecieron el 21,5% de las compañías con menos de cinco trabajadores. Cerraron 222 compañías que tenían más de un centenar de trabajadores.

Otra historia es la de los autónomos. Hubo 5.992 que tuvieron que echar la persiana en Asturias porque en la caja ya no entraba dinero. La patronal FADE puntualiza además que las ayudas dirigidas a este colectivo supusieron un importante freno a las bajas de afiliación. Aun así, las subvenciones no han podido frenar la oleada de cierres que, en el análisis por sectores, sugieren una idéntica radiografía que con las empresas convencionales. Es decir, los más afectados fueron los autónomos que se dedicaban a la hostelería (desaparecieron 973), seguidos de los del comercio (919), y resistieron mejor a la infección los que trabajan en el transporte, en actividades sanitarias o en las jurídicas. Casi no hubo cierres entre estos autoempleados.

La economía asturiana cayó el año pasado un 7,6%, menos que la media nacional, pese al descalabro en el último trimestre

Oviedo, Javier CUARTAS


La economía asturiana se contrajo al cierre del año pasado el 7,6% en tasa interanual, 1,5 puntos porcentuales menos de lo que lo hizo el promedio español, según la estimación avanzada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).

En el ejercicio que conoció el mayor desfondamiento sufrido por la generalidad de las economías en más de ochenta años, a causa de la pandemia, Asturias mantuvo una posición intermedia entre las diecisiete autonomías y se situó como la novena con el retroceso más acusado.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), España se desplomó el 11%, en 2020, en términos de volumen, una caída no vista desde la Guerra Civil, aunque fue algo menor a las pronosticadas por los peores presagios: a lo largo del año se llegaron a barruntar desplomes de hasta el 15% y, en algún caso, de hasta el 22%.

En tasa interanual, el retroceso español fue del 9,1%, según tanto el INE como la Airef, que aplica su propia metodología. Asturias se situó en el -7,6%, ligeramente mejor que el comportamiento de Madrid y muy lejos de las caídas de doble dígito de las tres regiones más turísticas: Baleares (-20%), Canarias (-12,5%) y Cataluña (-11,7%). Estas tres comunidades y la Comunidad Valenciana (-9,6%), también con un peso significativo del sector más dañado por el covid, son las únicas que superaron el desplome nacional.

Asturias mantuvo una posición discreta en un ejercicio aciago a causa de los confinamientos y las restricciones de actividades y movilidad pese a que en el cuarto trimestre lideró los retrocesos, con una caída del 0,5%, seguida por País Vasco (-0,4) y Navarra (-0,3%). Estas regiones (las tres con perfil industrial) fueron las únicas que decrecieron entre octubre y diciembre con la segunda ola de contagios y las nuevas medidas restrictivas. Por el contrario, España eludió la recaída, a diferencia de los retrocesos sufridos por la Unión Europea (-0,5%) y la eurozona (-0,7%), y consolidó un avance del 0,4% que, aunque muy inferior al rebote del 16,4% del tercer trimestre, confirmó la continuidad de la fase de recuperación.

Compartir el artículo

stats