El Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos en Asturias (Cogersa) desarrollará, junto a otros socios, una nueva tecnología de obtención de biogás, nutrientes y agua regenerada a partir de residuos. El proyecto, cofinanciado por la Unión Europea (UE), tiene un presupuesto de más de 3 millones de euros e incluye la instalación de una planta piloto en el vertedero de Cogersa en Serín en la que se ensayará la nueva tecnología y se instalará una gasinera para suministrar a un vehículo en fase experimental.

El consorcio asturiano se asoció con el centro tecnológico catalán Eurecat, el Área Metropolitana de Barcelona, el instituto de investigación IRTA, el Ecoparque del Besós y las empresas Aqualia (España), Detricon (Bélgica) y Amiu (Italia) para presentarse a la convocatoria de 2019 del programa europeo LIFE con un proyecto denominado “LIFE Infusion”. Filnalmente fue uno de los 120 proyectos seleccionados –entre los 1.250 presentados en toda Europa– y en próximas fechas se firmará el denominado acuerdo de asociación, que fija las bases para ponerlo en marcha. El objetivo del proyecto es desarrollar tecnologías innovadoras para la valorización de efluentes residuales (lixiviado de vertedero y licor de digestión anaerobia) para la obtención de biogás, nutrientes y agua regenerada para la utilización en agricultura y cultivo de algas.

El presupuesto total del proyecto, que se desarrollará entre los años 2021 y 2024, supera los tres millones de euros, con una cofinanciación de la UE de 1.712.587 euros. La aportación de Cogersa al plan será de 249.790 euros.

En el marco del proyecto, en 2022 se instalará en las instalaciones de Cogersa en Serín una planta piloto para tratar los lixiviados del vertedero de residuos no peligrosos con la tecnología que se va a ensayar El proceso de depuración será una digestión que genera biometano. Además, el proyecto incluye la instalación de una gasinera para el suministro del biogás obtenido a un vehículo en fase experimental.

TSK concluye la mayor planta fotovoltaica de Bolivia, con 300.000 paneles

La ingeniería gijonesa TSK concluyó la construcción de la planta fotovoltaica de Oruro, la mayor de Bolivia, con 300.000 paneles sobre 208 hectáreas de terreno. El presidente del país, Luis Arce, señaló en el acto de entrega de la instalación que, con su entrada en servicio, el departamento de Oruro tendrá garantizada la producción de toda la energía que consume. Situada a 3.735 metros sobre el nivel del mar, la planta se localiza en el municipio de Caracollo, en la provincia de Cercado, y aprovechará los altos niveles de radiación solar del altiplano para la generación de energía limpia. El proyecto fue financiado por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), la Unión Europea (UE) y un crédito del Banco Central de Bolivia (BCB).