Caja Rural de Asturias obtuvo el año pasado un beneficio neto de 21,91 millones, el 28,25% inferior al de 2019 tras haber provisionado 11 millones con carácter extraordinario para cubrir los riesgos potenciales derivados del deterioro del entorno macroeconómico.

En el ejercicio de la pandemia, la cooperativa de crédito asturiana mejoró su margen bruto el 4,17% pese a la leve reducción del margen de intereses en el 0,73%. El tamaño del balance de la entidad aumentó el 21,39% tras un incremento del volumen de negocio en recursos de clientes (se acrecentó el 12,96%) y del volumen de inversión crediticia (6,29%). Los recursos fuera de balance (fundamentalmente, fondos de inversión) avanzaron el 1,35%. En 2020 la Caja captó 18.746 nuevos clientes